Capítulo 15

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Daniela

Aún no daba crédito a lo que había pasado, anoche me sentí en las nubes y hoy bajé de golpe, ella me odiaba por lo que escuchó, por qué no me enfrentó y habló conmigo, todo hubiese sido distinto, tal vez arreglaríamos nuestros problemas y hoy estaríamos juntas siendo una familia con nuestro hijo, pero no es así, por sus impulsos ahora estamos viviendo todo esto. Salí de la casa y agarré a Río ese era el nombre de mi caballo, cabalgué lo mas lejos y rápido posible, tenía la cabeza y los sentimientos en un lío muy grande ¿Qué debo hacer? Esa era la pregunta, ahora todo se sabía, ya no había secretos, nos perdimos de tantos años y ahora no sé qué hacer con toda esta información.

-¿Se siente bien?- escuché que me dijeron y me asusté -Perdón no quería asustarla-

-Tranquilo, no te escuché llegar- limpié mis lágrimas -¿Qué haces aquí?-

-La vi salir muy alterada y la seguí, quise asegurarme que estuviera bien, pero veo que no-

-Estoy bien Mario, gracias por preocuparte- medio sonreí.

-¿Se peleo con la patrona otra vez verdad?- desvié mi mirada y mis ojos se llenaron de lágrimas otra vez -No entiendo por qué, pero quiero que sepa que puede confiar en mi, le tengo mucho aprecio, usted es un verdadero ser de luz-

-Gracias, también te tengo aprecio, eres un buen amigo- él sonrió y tomó mi mano.

-Con todo respeto, pero déjeme decirle que la patrona María José es una tonta que no se da cuenta de la gran mujer que tiene por esposa, usted no merece derramar una sola lágrima por ella-

-Tal vez no, pero ya ves, siento que las cosas con ella cada vez están peor ¿Y sabes lo mas difícil de todo? Es que yo la amo con toda mi alma, María José es el amor de mi vida-

-Pero quizá ella a usted no- lo vi atenta -Perdón pero, quien ama no lastima y ella lo ha hecho desde que llegaron, no soy tonto y veo la forma en que la trata-

-Sí tal vez tengas razón, pero bueno no puedo hacer nada-

-Sí puede- dijo rápido.

-¿Así? ¿Y qué puedo hacer?-

-Pedirle el divorcio, dese su lugar señorita Calle, demúestrele que usted puede- negué.

-Eso es imposible, uno porque ella y yo estamos unidas aunque no lo queramos y dos porque... porque sencillamente no podría-

-¿Tanto la ama?-

-Como una idiota, la he amado toda mi vida y creo que nunca podré dejar de hacerlo- él asintió.

-Pues que suerte tiene ella aunque no lo merezca, cualquier persona estaría saltando en una pata si alguien como usted lo amara como usted ama-

-Gracias Mario, te pido que por favor no digas nada de esto, ya sabes como es Poché-

-Tranquila, yo jamás haría algo para perjudicarla-

-Gracias de nuevo-

-¿Quiere que la acompañe? Puedo mantenerme en silencio si lo desea- me reí.

-No, ya me voy, me hizo bien hablar contigo-

-Cuando quiera- me puse de pie y él conmigo, nos subimos a los caballos -¿Una carrera hasta la casa? A que le gano-

-¿Me estás retando?-

-Sí-

-Bien ¿Cuál será la apuesta?-

-Si usted gana me puede pedir lo que quiera, si yo gano me acepta a un café a fuera de la casa por supuesto- alcé mis cejas -No de forma romántica por supuesto- dijo de inmediato y me reí.

Amor y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora