Amor y Odio

Capítulo 41

Daniela

Los días siguen pasando y cada vez me convenzo de que Poché regresará, aunque las posibilidades de que se hagan realidad sean 0 de 100.

Me levanté y desayuné junto a mi hijo y luego me puse a ver la zona donde fue el accidente, tal vez Poché salió del auto y alguien la ayudó, esa era mi teoría. El sonido de la puerta me hizo levantar la mirada.

—Mi niña, el oficial te busca— fruncí mi ceño, pensé que ya no vendrían. Salí del despacho inmediatamente y él me esperaba.

—Oficial Vera buenos días—

—Buenos días señora de Garzón—

—Pensé que ya no lo vería por acá— él sonrió.

—También pensé lo mismo, pero vine a entregarle algo, sé que será doloroso para usted pero... me ordenaron traerlo— lo vi confundida.

—¿De qué se trata?— me extendió una bolsa y en cuanto vi lo que contenía me senté de golpe en el sofá —¿Cuando lo encontraron?— era el anillo de matrimonio de Poché.

—Parece que hoy por la madrugada, un compañero hizo una última inspección y lo encontró en medio de toda la chatarra del auto— mis lágrimas ya salían.

—Entonces... ¿la investigación se acaba?—

—Sí señora Garzón, definitivamente cerraron el caso— asentí levemente.

—Bien, supongo que tendré que buscar por mi cuenta— él me vio confundido.

—¿A qué se refiere?—

—A que yo estoy completamente segura que mi esposa está viva, no encontraron nada de ella mas que este anillo, tengo la teoría de que salió del auto y alguien la ayudó— me veía atento.

—Lo que dice es muy difícil de comprobar—

—Lo sé oficial pero lo siento aquí— señalé mi corazón —Mi mujer no murió, presiento que está viva— él asintió levemente.

—Mi mamá hablaba mucho acerca de los presentimientos, yo no le creía pero gracias a eso he realizado un buen trabajo en la estación—

—Lo ve, es lo que siento, María José y yo teníamos una conexión muy grande y por eso presiento que ella no está muerta— sonrió.

—Espero contrate un buen equipo de búsqueda señora Garzón, lamemtablemente la policía retiró su ayuda—

—Gracias oficial Vera—

—Dígame Johan— asentí y me tendió su mano —Que tenga buen día—

—Lo mismo para usted— lo acompañé a la salida y se fue.

—Te voy a encontrar mi amor— dije en un susurro.

Dos meses después

El tiempo pasa, aunque existan veces que querramos detenerlo no se puede, hoy se cumplen tres meses y no hay rastro de Poché, me estoy convenciendo de que realmente murió, digo tal vez ya me hubiese buscado ella.

—Mi niña ¿Qué haces despierta a esta hora?— preguntó Sole al verme bajar.

—Voy a regresar a la empresa nana— me vio sorprendida pero a la vez feliz.

—¿En serio?—

—No puedo quedarme encerrada todo el tiempo, saldré mas temprano para pasar tiempo con mi hijo pero iré a trabajar—

—Me alegra escuchar eso, tienes que distraerte— asentí —Ya te sirvo el desayuno—

—Gracias nana— le di un beso y me senté.