Capítulo 36

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Daniela

Los días pasaron muy rápidos y la verdad es que entre Poché y yo se ha abierto un abismo, ella sigue con el miedo de que puedo caer en el juego de Rafael pero eso no pasará, mi corazón sólo le pertenece a ella sin embargo parece no entenderlo.

—¿Puedo pasar?— dije entrando a su oficina.

—Si— respondió seria.

—Solo vine a preguntar ¿A qué hora irás al hospital?—

—Después de almuerzo ¿Por qué?—

—Porque me gustaría ir contigo—

—Claro, yo te aviso— asentí.

—Poché, te amo, eso jamás cambiará— me puse de pie para irme pero ella me detuvo.

—También te amo Calle, tú y Julio Alberto son lo más importante que tengo, son mi vida—

—Y tú eres la mía— me acerqué y la besé —Te amo con toda mi alma mi amor—

—Perdón, te he fallado muchas veces, no es justo que estemos así por mi culpa—

—Confía en mi Poché, la relación que mantengo con Rafael es solo laboral y de dos personas que aman la equitación— acariciaba su mejilla —Pero nada más, ya se lo dejé claro y él entendió— ella me vio a los ojos.

—Promete que nunca dejarás de amarme— dijo y sonreí.

—Mi amor, entiende que eres el amor de mi vida y todas las demás que puedan existir— ella sonrió.

—Te amo—

—Yo más— nos besamos y sonreímos, es que yo realmente amo a esta mujer.

Cuando se llegó la hora ell estaba muy nerviosa, nos entregaron el sobre y nos subimos al auto.

—No soy capaz—

—De todos modos es nuestro hijo mi amor, pero necesito saber si lleva tu sangre— ella asintió y abrió el sobre.

Fijó su mirada en el papel y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Qué pasa?—

—Es... es mi hijo Dani, Julio Alberto es mi hijo— mis ojos también se llenaron de lágrimas y la abracé.

—Lo sabía, se parece mucho a ti— ella sonrió.

—¿Por qué Julia no me lo dijo?—

—Ella debió tener sus razones mi amor—

—Es verdad, era una maldita y por eso nuestro hijo ahora es el niño más dulce del mundo, porque fue criado por una gran mujer— sonreí.

—Todo estará bien hermosa, yo estoy contigo— acarició mi mejilla.

—Eso es lo mejor amor, somos sus madres y voy a dar lo mejor de mi para que ustedes sean felices—

—Con tenerte es suficiente Poché—

Pasamos unos minutos más ahí y luego decidimos irnos para la empresa. Queríamos ir con nuestro hijo pero debíamos terminar con un contrato así que era imposible.

—¿Puedo entrar?— escuché que dijo Rafael y asentí.

—¿Qué necesitas?—

—Los del equipo quieren organizar una parrillada para que pasemos un día lindo—

—¿Así? ¿Cuándo?—

—Este 15 de diciembre—

—Si, bueno me encantaría pero no puedo—

Amor y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora