Daniela
Estaba cansada de estar acostada, Mario sólo me soltaba cuando quería ir al baño y luego me volvía a amarrar, lo único bueno es que no había intentado otra cosa. Pensaba en mi amor, en nuestro hijo, ellos me daban fuerzas para seguir adelante y no rendirme.
-Hola mi amor- dijo Mario sentándose a mi lado -¿Por qué estás llorando?-
-Todavía lo preguntas, me tienes aquí amarrada Mario, me siento como un animal- se rió.
-Eres muy graciosa mi amor-
-No me llames así, tú no amas Mario-
-Por supuesto que sí, te amo Daniela, nosotros siempre nos entendimos- acarició mi mejilla -¿Qué cambió?-
-Eso me pregunto yo, tú no eres esto Mario, déjame libre y huye para que la policía no te atrape-
-La policía y nadie más se va a enterar de que estás aquí, así que ve haciéndote a la idea de pasar aquí conmigo todos los días de tu vida querida, porque nunca más vas a volver a ver a la estúpida de Poché y el mocoso que tienen por hijo- mis lágrimas cayeron -No llores, perdón por gritarte pero es que me alteras- estaba loco -Voy a preparar algo, hoy nos traen mas comida así que tranquila- me dio un beso en la mejilla y salió.
-Poché mi amor sácame de aquí- dije en un susurro -Poché mi amor-
Pasaron varios minutos y por fin entró con un refresco.
-Mira tómate esto mientras llega el almuerzo- me ayudó a sentarme y me daba del refresco, tenía mucha sed así que me lo tomé todo -Así me gusta, ves que cuando haces las cosas bien no me altero. Pórtate así siempre y de pronto te dejo ir a ver la luz del día conmigo-
-De acuerdo- dije y él sonrió.
-Que hermosa eres Calle- pasaba su mano por toda mi cara -No entiendo como una mujer como tú se deja tocar por un fenómeno como Poché, esa mujer no te merece-
-Mario cálmate- dije cuando su mano empezó a recorrer mi pierna izquierda.
-Lo siento Calle, pero no aguanto, necesito que seas mi mujer- sentí mucho miedo y asco cuando dijo eso.
-No, por favor no-
-Te va a gustar, yo si soy un hombre de verdad- vi que se empezó a quitar la camisa y negué.
-Por favor no- rogaba porque se detuviera sin embargo en su mirada se veía que no tenía planes de hacerlo.
Poché
Mis manos sudaban, mi corazón latía y mi cuerpo temblaba, era una mezcla de sentimientos, estaba nerviosa sentía que no avanzábamos, cuando me enteré de la complicidad de Alejandra quise golpearla pero me contuve, no era momento de perder el control.
-Todo estará bien- me dijo Germán a mi lado.
-Espero que ese idiota no le haya puesto un sólo dedo encima porque te juro Germán que lo mato-
-Y yo te ayudo- dijo firme y sólo asentí.
El camino era largo y entendí que si no fuera por Alejandra en ningún momento nos hubiéramos imaginado el lugar donde la tenía.
Llegamos y yo rápido me fui al lado de Ale, iría con ella.
Tocó la puerta pero no abrían.
-¿Segura que está aquí?- le susurré.
-Por supuesto- respondió, toco nuevamente y se escucharon pasos.
-Acabas de interrumpir algo impor... - su cara se transformó al verme ahí, intentó correr pero lo alcancé y lo tumbé al suelo a golpearlo.

ESTÁS LEYENDO
Amor y Odio
De TodoLa familia Garzón y la familia Calle son amigos de toda la vida sin embargo ante una situación complicada en su empresa obligan a sus hijas María José Garzón y Daniela Calle a casarse aunque ellas no estén enamoradas, sino que todo lo contrario se o...