Capítulo 23

3.8K 263 20
                                        

Daniela

Estaba nerviosa y no sé por qué, Poché me había pedido que la acompañara a ver a Lina, no sé qué sea ella en la vida de mi esposa pero creo que es muy importante.

-Listo, vamos- arrancó el auto y empezó a conducir.

-¿A dónde vamos?-

-Ya lo verás- fue lo único que respondió, aunque en todo el camino le insistí no dijo ninguna palabra.

El camino fue de unos veinte minutos aproximadamente, se parqueo afuera de una casa bastante grande la verdad, se veía hermosa por fuera.

-¿Aquí es?- pregunté.

-Sí amor, aquí es- se quitó el cinturón -Ven, bajemos- imite su acción y en segundos estábamos tocando el timbre.

Nos abrió una señorita de unos veinte años mas o menos.

-Señorita Poché, pase adelante por favor-

-Gracias Tita- dijo ella -Mira te presento a mi esposa Daniela Calle, amor ella es Marta pero de cariño le decimos Tita-

-Un gusto conocerla-

-Lo mismo digo- respondí.

-Pero pasen, la señora Lina la está esperando y los niños también- fruncí mi ceño.

-¿Los niños?- le susurré a Poché y ella sonrió.

-Sí amor, ya lo verás- tomó mi mano y empezamos a caminar, era una casa bastante especial la verdad, y hermosa como me imaginé, me di cuenta que había un jardín muy grande, con juegos y algunos juguetes, varios en realidad.

-Pero miren nada más- escuchamos que hablaron. Vi que se acercó una mujer muy guapa con una gran sonrisa y abrazó a mi amor -Te he extrañado mucho-

-Y yo a ti- ese abrazo tardó mas de lo que debería para mi gusto -Mira te quiero presentar a mi esposa Daniela Calle-

-Encantada de conocerte Lina Cáceres-

-Lo mismo digo- le di mi mano.

-Eres muy hermosa, sabes me alegro que ustedes por fin hayan solucionado sus problemas- volteé a ver a Poché.

-Ella sabe todo, es la única amiga que tengo-

-Bueno, pues gracias- no sabía que decir.

-Pero vengan, los niños están en el patio trasero, están merendando-

-Vamos entonces- dijo mi amor, tomó mi mano y seguimos a Lina, me agradaba la verdad.

Pero cuando salimos a la parte de atrás abrí mis ojos como platos al ver esto, mi corazón empezó a latir con fuerza, había varios niños y niñas sentados en unas mesitas, entre 3 y 8 años.

-Hola mi amores- dijo Lina llamando la atención de todos y estos inmediatamente salieron corriendo a abrazar a Poché, no podía creer lo que estaba viendo.

-Señorita Poché ¿Vamos a jugar otra vez?- decía uno de ellos aferrado mi esposa.

-Por supuesto que sí campeón, mira podemos invitar a alguien más- me volteo a ver -Ella es Daniela-

-Hola mucho gusto señorita- dijo él y en cuestión de segundos tenía a todos los niños viéndome.

-Gracias, el gusto es mío- dije nerviosa.

-Chicos ella es mi esposa ¿Por qué no la invitan a jugar con nosotros?-

-¡Siiii!- gritaron todos llevándome con ellos. Aún no asimilaba lo que estaba pasando aquí.




Amor y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora