Amor y Odio

Capitulo 37

Daniela

Después de que Poché se fuera enojada suspiré fuerte y seguí trabajando. Le envié un mensaje a las chicas, necesitaba hablar con alguien.

Nos encontramos en un restaurante con suficiente espacio, era hermoso la verdad.

Les conté todo lo que estaba pasando y todas estaban calladas.

—Ya, me dirán lo que piensan— dije irritada.

—A ver, en mi punto de vista siento que también estás abusando con lo que le pides— dijo Abi.

—¿Por qué?—

—¿Cómo te sentirías tú si ella insiste en tener una amistad con alguien que te confesó que le gusta?—

—Abi tiene razón, Poché tiene suficientes motivos para desconfiar— dijo Lucía

—Que él sienta algo por mi no significa que yo le corresponda— respondí.

—Pero él está buscando una oportunidad, si una chica busca algo con Poché y ella quiere ser su amiga, creo que no te gustaría— ahora fue Laura —Entiendo tu punto de vista, de verdad lo entiendo, pero también entiende el de ella, ponte en su lugar— bebí de mi bebida y asentí.

—Tienen razón, soy una idiota— tapé mi rostro en forma de frustración.

—Siento que necesitan hablar pero con mucha sinceridad, dile todo lo que sientes y piensas—

—El problema es que caemos a lo mismo, hemos hablado y supuestamente arreglado las cosas pero a la mínima cosa nos enojamos y... siento que el abismo que estamos teniendo es mas grande— dije con tristeza.

—Calle dinos la verdad ¿Rafael te... atrae? Aunque sea un poco, no es que te tenga que gustar mucho, pero... ¿Te sientes atraída a él?— negué de inmediato, eso lo tenía claro.

—No, pero disfruto de su amistad, yo hablé con él, le dije que no iba a sentir nada más que una amistad y él lo comprendió, chicas yo amo a Poché con toda mi alma—

—Entonces elige— fruncí mi ceño ante lo que dijo Lucía —Prefieres tener una buena relación con tu esposa y dejar de tener confiancitas con Rafael o tener esa amistad con él y terminar con tu matrimonio—

Vaya, jamás me pasó por la cabeza que esto iba a pasar.

Llegué a la casa a eso de las 2:00 am subí las escaleras y entré a la habitación. Abrí mis ojos como platos al ver a Poché frente a la ventana.

—Poch... —

—Solo esperaba a que llegaras, me tenías preocupada— se puso de pie y agarró una almohada —Que tengas buena noche— iba a salir pero no lo permití.

—No te vayas, te necesito—

—No estamos bien Calle, tal vez lo que necesitemos sea un espacio— negué rápido.

—No, yo te quiero cerca, a ti a nuestra familia, Julio Alberto, tú y Ramón son mi familia— pegué mi frente a la suya —Perdón, me he comportado como una estúpida—

—Yo también, pero te amo Calle, te amo tanto que mi miedo a perderte me está jugando una mala pasada—

—Amor mírame— alzó la vista y vi sus ojitos brillosos —Nunca me perderás, yo soy tuya, siente— puse su mano en mi pecho —Sólo late por ti hermosa, eres el amor de mi vida—

—Y tú la mía— puso sus manos en mi cadera y la apretó, sentí como mi corazón se aceleró más.

—Poché— susurré.