EPÍLOGO

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Tres meses después

Nueva Orleáns

Mew se quedó en el umbral, mirando la iglesia que estaba hervía de gente. Por primera vez en su vida inmortal, estaba realmente asustado. No quería estropearlo o peor, avergonzarlo o ponerlo en un aprieto delante de su familia. El sueño de Tul era casarse y él quería que todo marchara exactamente como él quería.

Su lado de la iglesia estaba totalmente lleno con la familia de Tul. El único que faltaba era su abuelo quien estaba esperando para acompañarlo por el pasillo.

A su llegada a Nueva Orleáns, habían llevado a Theo a un lado y le habían contado la verdad acerca de Mew.

Al principio Theo se había negado a creerlo, pero al final, cuando Mew le contó cada detalle de su viaje juntos a través del Atlántico cuando Theo había sido un niño y de sus partidas de ajedrez en el parque a lo largo de los años, Theo no tuvo elección excepto aceptar la verdad. Entonces se había emocionado al tener que casar a Tul con el hombre que le salvó la vida.

Para el resto de su familia, con excepción de Dunk, quien sabía la verdad acerca de Mew, le dijeron que él era el nieto del hombre que había salvado a Theo. Era una pequeña mentira, pero mientras mantuviese la paz y el secreto del mundo en el que vivía Mew, era necesario.

—¿Estás listo, T-Rex?

Mew asintió a Zee quien era uno de los padrinos. Desde que Tul tenía once damas de honor, Mew había estado bastante agradecido por todos los Dark-Hunters. Su amiga Meiko, como la dama de honor, estaba emparejada con el Padrino de Mew... Tong. Great estaba con Off, Dunk con su marido Joong, Isbank con su marido Mos, Mix con Earth, ambos en cuerpos humanos temporales. Jam estaba con Ohm, Justina con Mean, Katherine con Joss y New estaba allí con Boun. Nunew estaba con Zee y el primo de Tul, Pawin, quien tenía un misterioso parecido con Artemisa, estaba con Krist... algo que había irritado al hombre que odiaba estar emparejada con un padrino griego.

Por alguna razón que sólo Tul parecía entender, eso lo divertía, así que Mew lo había complacido dándole a Pawin el más griego de todos sus padrinos.

Mew se desvaneció cuando Tong avanzó hacia delante.

—¿Estás nervioso, Tío?

Quizás debiera estarlo y con todo no podía esperar. Él sacó el anillo de bodas de su bolsillo, diamantes amarillo canario de tres quilates y observó como refulgía a la tenue luz de la iglesia. La piedra central estaba rodeada por pequeños diamantes blancos en un formato muy antiguo y único... Tul había decidido ir con la más tradicional y antigua costumbre de tener un único anillo de bodas con una piedra... tal y como lo habrían hecho en la época de Mew.

Estaría hermoso sobre él.

—Ni un poco —le dijo a Tong—, pero tú pareces bastante enfermo.

—Es toda esta ropa que estoy llevando. Los esmóquines me dan urticaria. Te dije que el tercer resultado sería espantoso. Matrimonio. —se estremeció.

Mew sacudió la cabeza, especialmente cuando notó el hecho de que Tong estaba llevando sandalias.

—Apenas estás un paso por encima del Australopitecos, ¿verdad?

Tong arqueó una ceja de manera condescendiente.

—Hey, ten más respeto cuando digas eso, mocoso. ¿No has visto los anuncios? Nosotros los hombres de las cavernas somos gente muy sensible.

Mew se rio, aliviado por una vez de que él no fuera la persona más vieja aquí.

Ellos dejaron la sala para situarse ante el altar y esperar a que la larga procesión de damas de honor y padrinos empezara.

15 MewTulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora