12 de Noviembre, 9528 A.C.
Mew estaba sentado en su balcón, dejando que los helados vientos lo enfriaran cuando se dio cuenta de que su hermana estaba en la ventana observándole. Él le hizo un gesto para que entrara.
Los dientes empezaron a castañearle inmediatamente.
—Aquí fuera hace frío.
—Para mí se siente bien. —Él realmente estaba sudando.
Ryssa entrecerró los ojos sospechosamente cuando se acercó a él.
—¿Qué has hecho?
—No he hecho nada. Absolutamente nada. —Apenas tenía fuerza para comer.
Ella sacudió con furia la cabeza.
—Has estado tomando esas drogas otra vez, ¿verdad?
Mew apartó la mirada.
Ella le agarró la cara y lo obligó a mirarla.
—¿Por qué harías tal cosa?
—No empieces conmigo, Ryssa.
—Mew, por favor —dijo con voz forzada mientras lo soltaba—, te estás matando a ti mismo.
Lo deseaba. Bajando la mirada, giró la muñeca para ver la perfecta e intachable piel. No había rastro de los cortes que había seccionado su piel y sus venas.
—No puedo suicidarme. Los dioses saben que lo he intentado. No hay vía de escape para mí así que aquí estoy sentado, esperando el momento oportuno hasta que los dioses acaben con mi vida, mientras intento quedarme al margen del camino de todo el mundo.
Ella le cepilló el cabello apartándoselo de los ojos.
—Te ves terrible. ¿Cuándo fue la última vez que te bañaste?
Él la hizo a un lado, enfadado por la pregunta.
—La última vez que me bañé, fui acusado de violación y castrado. No te ofendas, prefiero oler.
Ella sacudió la cabeza.
—¿Cuándo fue la última vez que comiste?
—No lo sé. —Se rascó las barbudas mejillas—, ¿Cuál es la diferencia? No es como si Padre vaya a dejarme pasar hambre hasta morir. Comeré cuando tenga que hacerlo. Cuando ellos me obliguen.
Lo siguiente que supo, es que Ryssa lo alcanzó y le agarró la oreja y se la pellizcó con fuerza.
—Vas a comer ahora mismo.
—¡Ey! —Chasqueó Mew, pero ella se negaba a dejarlo ir. Con un determinado agarre, lo sacó de la baranda y lo obligó a seguirla a la habitación. Era bastante más pequeña que él, que era casi el doble de su tamaño y tuvo que luchar para mantener sus frenéticos pasos—. Sabes que soy más grande que tú —le recordó él.
—Sí, pero yo soy más mezquina y loca. —Soltó su mano de un tirón, dándole un último aguijonazo a su lóbulo.
Frunciendo el ceño, se frotó la oreja.
Ella indicó su tocador donde había un plato con fruta, pan y queso esperando.
—Siéntate y come. ¡Ahora!
—Sí, Su Majestad.
Cuando Mew se estiró por un trozo de queso, captó su reflejo. Los ojos hundidos, teñidos de rojo miraban fijamente a un hombre desaliñado. La barba esta andrajosa, el pelo corto desgreñado. Se veía más como un anciano que como un joven.
![](https://img.wattpad.com/cover/356041780-288-k838601.jpg)
ESTÁS LEYENDO
15 MewTul
أدب الهواةEsclavo de mi pasado y ¡Vivan los novios! Aquí todos odiamos a la diosa perra Artemisa »Resumen adentro