Los ojos de Great se abrieron como platos ante las duras palabras de Mew.
—Un poquito sanguinario ¿no?
No para él, y por supuesto que, no cuando se lo merecía sobradamente. Le lanzó una sonrisa burlona.
—Con lo que le hicieron a Tul, creo que una muerte rápida es demasiado misericordiosa. Sin mencionar que han arruinado por completo una de mis cazadoras favoritas y han dejado mi moto para el desguace.
Meiko resopló.
—Vale, atormentémosles y después bombardeamos a los cabrones. ¿Cómo se han atrevido?
Mew ignoró el sarcasmo y cruzó los brazos sobre el pecho.
—Ahora piensas como yo. Les sacamos los ojos un poquito, les abrimos las fosas nasales... Podría cogerle el gusto seriamente a todo eso.
Great se estremeció mientras hablaba con Tul.
—Creo que tu nuevo amiguito es un poco sanguinario.
Reprimió una sonrisa ante las palabras. Si supiera cuál era su alimento principal... Sí, definitivamente podría manejarse con un poco sangre dado que hacía más de una semana desde que se había alimentado por última vez.
El teléfono de Great comenzó a sonar.
—Llamada del trabajo. Volveré enseguida.
Mew retrocedió hasta la cama para ver cómo se encontraba Tul.
—¿Cómo te sientes?
Le sonrió.
—Asombrosamente entero. ¿Y tú? Creí que el coche te había pasado por encima.
—Se desvió.
Entornó los ojos con suspicacia.
—No lo pareció desde mi perspectiva. Juraría que te pasó por encima de ambas piernas.
Se lo pensó antes de contestar.
—Obviamente no.
La expresión de Tul se tornó dulce y adorable y lo golpeó como un puñetazo en el estómago. Le puso la mano suavemente en el brazo con lo que probablemente era la más cariñosa caricia que había recibido nunca.
—Gracias por traerme aquí. Great dice que le indicaron que estabas sangrando de mala manera cuando me dejaste en urgencias.
Sintió que se ruborizaba ante su gratitud.
—No te preocupes. La próxima vez que me haga daño, me traes tú.
Rio de su buen humor.
—Creo que me haría falta un equipo entero de gente para llevarte.
—Volvemos a los insultos, ¿no?
Negó con la cabeza.
—No es un insulto. Eres un tío grande.
Mew abrió la boca como para decir algo, pero antes de que pudiera articular palabra, el médico entró para examinarlo. Salió mientras el doctor charlaba con Tul.
—Eres un hombre con mucha suerte. Si tu amigo no te hubiera traído tan rápido, no hubiéramos podido hacer nada. Te dañaste seriamente el bazo en el accidente.
Todavía le asombraba lo que Mew había hecho por él. Great le había contado que tampoco él estaba en muy buena forma y que se alteró mucho cuando se le murio en los brazos. Lo sobrecogió la ternura que sintió.
Cuando la moto cayó, recordó que lo había protegido. Había intentado mantenerlo cerca de él, pero la fuerza del choque los había separado.
Hizo un gesto de dolor cuando el médico la tocó en un punto blando del abdomen.

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15 MewTul
FanfictionEsclavo de mi pasado y ¡Vivan los novios! Aquí todos odiamos a la diosa perra Artemisa »Resumen adentro