44: Dancemos.

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"Solo aquellos que conocen la muerte pueden mirar. Cruzaste el puente, Eunji. ¿Quieres ver lo que hay del otro lado?"

La voz de Misoo continua rondando mi cabeza al igual que un eco, elevándose por encima de la música y las risas efímeras.

Nunca estuve en una reunión social antes. Mucho menos en una que involucre a dioses. Aún así, jamás las imaginé así. Pensé que la mayoría de ellos se la pasaría debatiendo temas existenciales, con rostros estoicos y severos...pero en su lugar solo veo figuras que aparecen y desaparecen entre cortinas, hipnóticos bailes y pasos erráticos por todo el salón. Muchos de ellos están sentados retozando despreocupadamente, como si no existiera nadie más a su alrededor.

—¿Una copa, diosa menor?

Mis ojos se giran hacia una pintoresca criatura con apariencia casi fantasmal y un antifaz dorado. Me tiende de una manera muy elegante y educada una bandeja donde reposan copas que parecen contener un líquido espeso con un aroma muy dulce.

—¿Qué es?—Le consulto.

—Néctar. La bebida de los dioses.

—¿Y todos ellos la bebieron...?—Señalo a los demás con las cejas alzadas.

—Sí, señora.

Una parte de mí me dice que no sería muy inteligente consumir el alimento y la bebida de los dioses si es que ese es el efecto que tiene en ellos.

—No, gracias.

La criatura no se mueve. Parece congelada con una sonrisa un poco tétrica e insistente.

—Insisto.

—Yo también. No, gracias.

—El dios de la lujuria se lo envía.—Me explica.

Contengo un bufido.

—Se lo agradezco. Con mucha más razón no voy a beberlo. Me da mala espina.

La criatura continua sin moverse. Comienza a ponerme nerviosa. Automáticamente comienzo a buscar a Hyunggu con la mirada. Se ha ido hace algún tiempo con Rhott para discutir algo y me prometió volver pero se está tardando más de la cuenta.

—Viene con un mensaje.—Escucho su voz cantarina en mi oído—Creo que lo entenderá después de leerlo.

Desorientada, acepto el pequeño papel que me extiende. Tiene la forma de un ave y al ser depositado en mi palma aletea suavemente antes de abrirse por completo para mostrarme el mensaje en su interior.

"Un favor por un favor..." leo atentamente.

Mi mente se retrotrae como consecuencia al momento en el que él me hizo un favor, aquella noche después de casarme en la que quise escapar y me ayudó a despistar a los guardias.

Un mal presentimiento ronda mi cuerpo al llevar mis ojos hacia el centro del salón donde Yuto se encuentra semirecostado en uno de los escalones, rodeado de voluptuosas criaturas y semidioses que acarician su cuerpo mientras le dan de comer grácilmente en la boca. Como siempre es el centro de atención y sus ojos encapotados no tardan en caer sobre mí. En el momento en el que chocan con los míos, una sonrisa felina estira sus labios y levanta su copa repleta de néctar en mi dirección.

—Cobraré ese favor.—Gesticula con los labios—Así será.

Como si esas palabras ejercieran un poder directo sobre mí, mi mano se mueve en contra de mi voluntad y acabo tomando la copa. Intento luchar contra el impulso visceral pero finalmente el líquido acaba deslizándose por mi garganta mientras él me observa. Una vez que lo termino el dios de la lujuria comienza a reír de una forma histriónica y todos sus seguidores lo imitan. Eso atrae la atención de todos los demás invitados pero no parece importarle.

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⏰ Última actualización: Apr 02 ⏰

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