1: ¿Un dios nace o simplemente existe?

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Abre tus ojos, pequeño rayo de sol...

Abre tus ojos y busca el horizonte...

La consciencia me arrastra contra mí propia voluntad.La calidez de los rayos del sol acaricia mis mejillas y las finas hebras del césped rozan la punta de mis dedos, haciendo cosquillear mi piel.

Qué extraño.Siento calor pero al abrir mis ojos la escarcha está adherida a mis pestañas y el cuerpo entero me duele, como si me lo hubieran retorcido en todas direcciones.

Allá arriba hay una vastedad enorme de figuras y luces que se mueven lentamente en una danza muda.El violeta, naranja y azul predominan sobre el resto, aunque parecen turnarse a cada minuto que pasa.Aquellas esferas redondas se ven tan cercanas que me da la sensación de que casi podría tocarlas.

«¿Qué son esas formas tan magníficas e imponentes?» Me pregunto silenciosamente.Luego, al pasar los segundos, la respuesta me es susurrada en manos de una antigua voz que parece ajena a mi misma pero que habla a través de mí.Su dueña es una entidad más vieja que el césped que me rodea e incluso que las estrellas.Siendo acarreada por el viento, ella dice con grandeza:

"Son planetas...."

El zumbido se acrecienta en mis oídos.Me siento como si estuviera flotando a la deriva, ligera y etérea.Todas las cosas parecen cobrar un sentido elemental, rico, y a la vez carecer de el.

¿Quién soy?

¿Dónde estoy?

Intento buscar las respuestas a esas preguntas pero mí memoria no es más que una enorme laguna.La escarcha comienza a derretirse y me dificulta la visión, pero sé perfectamente que el sol está brillando sobre mí.Entonces, ¿por qué el vapor sale despedido de mi boca al respirar? ¿Por qué siento tanto frío? Mí corazón late rápidamente en mi pecho, simulando las alas de un colibrí.

Giro la cabeza a un lado.Visualizo la punta de mis dedos, siento la textura del césped, admiro su profunda y vibrante tonalidad.Que extraño.Parece césped, se ve como el césped, pero no lo es.Más allá, un enorme campo repleto de margaritas me envuelve.No hay nada más.Solo kilómetros y kilómetros de pasto y flores danzando con el viento.Un paisaje hermoso pero solitario.Al instante le temo.Y allí aprendo por primera vez lo que es el miedo, mientras se instala en mi garganta como un huésped indeseado.

¿Acaso estoy sola en el universo?

-Eunji...

Una voz cantarina estalla como un misil en mis oídos y no sé de dónde proviene, pero trae consigo una revelación.

No, no estoy sola en este lugar.

-Eunji...

Regreso mis ojos hacía el cielo y siento alivio.

Ahora dos figuras oscuras se interponen entre el sol y yo.Instintivamente mis ojos se achican e intentan acoplarse al cambio de luz.Los colores son casi insoportables, vibrando con tanta fuerza que todo el mundo parece tambalearse a mi alrededor y marearme.Entonces la veo.Una mujer sumamente hermosa me observa con curiosidad.Con cada segundo que pasa se vuelve más y más nítida.No hay una sola imperfección en su rostro.

-Eunji...-Me dice, sonando aliviada-Al fin estás aquí, como lo predije.Bienvenida.

La figura a su lado es un joven.Entre los dos consiguen ponerme de pie y ella procede a echarme su enorme manto blanco sobre los hombros.Sólo entonces me descubro a mí misma completamente desnuda.Aún así, no conozco de pudor.Ninguno de ellos me mira con algo más que una honesta y profunda adoración.

Game of gods » KinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora