No han faltado a lo largo de los siglos las ocasiones en las que la vida y la muerte se encuentran en medio de una labor, pero es la primera vez que sucede personalmente desde que salí de mi desgraciada cárcel.
Desde el otro lado de la mesa de operaciones puedo sentir los atentos ojos de Changgu recorriendo mi expresión.
—¿Cómo va eso, doctor?—Pregunta una de las enfermeras.
—Perfecto.—Responde el profesional, continuando con el procedimiento—¿Tenemos buen pulso? ¿Qué nos dice el monitor?
—Lo está haciendo bien.—Apunta su ayudante dirigiéndole una sonrisa tranquilizadora a la madre, ajeno a nuestra presencia en la habitación.
Una vez llevado a cabo el chequeo, ellos continúan hablando tranquilamente sobre su semana y cosas rutinarias.El sonido del monitor y los elementos quirúrgicos de metal siguen sonando como música de fondo.
Pip.
Pip.
Pip.
Cuando mi mano se extiende hacía el rostro de la mujer, acariciándolo, Changgu se tensa y sus ojos se cargan con pena.Está completamente vestido y envuelto por un halo blanco, mientras que mi capa oscura tapa la totalidad de mi figura.El contrate es tan fuerte como el pálido tono de mi mano contra las mejillas sonrojadas de la madre.
—Nunca me acostumbraré a esto.—Creo que dice.
Finjo no oírlo, pero sé exactamente a qué se refiere: la razón por la que detesta cada vez que nos reunimos en un mismo lugar.
—¡La tenemos, mamá! ¡Es una niña!
Changgu se desliza hacía la pequeña figura ensangrentada entre las hábiles manos del doctor, su pena olvidada sólo momentáneamente.Una sonrisa se aferra a sus labios mientras exhala el soplo de vida que llena los pulmones del bebé, quien automáticamente comienza a llorar.Mientras escucho ese cálido sonido recuerdo haberle dicho hace mucho tiempo cuán irónico era que los humanos llegaran llorando al mundo, como si eso determinara las penas y alegrías que les deparará en su existencia.
Me desligo del rostro del recién nacido y me dedico a mi propio labor, el cual no es tan agradable como el de Changgu.
Mis ojos negros se dirigen lentamente hacía el monitor antes de que me incline hacía el rostro de la bella mujer, quien está llorando de alegría mientras la enfermera deposita a la recién nacida entre sus temblorosos brazos.
Guardo la bella imagen en mi memoria, al igual que muchas otras a lo largo de los siglos, antes de depositar suavemente mis fríos labios en su frente.En cuanto lo hago, la figura de Changgu se tensa y su tristeza inunda la habitación, apagando su brillo innato.
—¡Doctor...tenemos un problema!—La voz desesperada de una enfermera alerta al resto.El monitor se descontrola mientras los doctores y enfermeras intentan socorrer a la mujer, tratando de estabilizar sus signos vitales sin caso.
Cerrando mis ojos, inhalo profundamente y acuno amorosamente la tímida alma entre mis brazos, instandola a salir lentamente de su cuerpo.
Al principio se da esa usual resistencia: los instintivos deseos de vivir y de aferrarse, la pena.
Todo estará bien, le susurro, ven conmigo y estarás salvo.
Pero quiero quedarme, es la respuesta, aún no.
Es el momento, le respondo suavemente, no temas.
Pero mi bebé...
Lo sé.Pero volverás a verla.Esto no es un adiós...es un hasta pronto.
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Game of gods » Kino
FanfictionEsta noche Eunji desposará a un monstruo. Poco sabe ella que peores bestias aguardan en la oscuridad. "¡Habitantes de las sombras! Salgan de sus recónditos lugares... Vengan a recibir a su reina..." ➳AU. ➳¡Actualizaci...