Mi rostro me devuelve una mirada desde el otro lado del espejo.Y a pesar de saber que soy yo quien me mira...no me reconozco.No me encuentro allí.
Cualquiera estaría feliz en el día de su compromiso...
Pero bueno, ese no era mi caso.
-Psssst, señorita.
Casi tropiezo con el vestido de lo rápido que me pongo de pie al oír aquella voz.Al instante me lanzo hacia el corredor y asomo mi cabeza por la puerta, mirando en ambas direcciones.Una vez que me aseguro de que nadie viene aseguro la cerradura y me dispongo a tomar la pequeña bolsa de tela escondida debajo de la enorme cama de dosel que se encuentra en la que ha sido mi habitación por los últimos cien años.Está justo donde la dejé: como pensé, nadie la había descubierto.
-¡Señorita!-La voz vuelve a insistir, nerviosa, desde el exterior de mi ventana.
Sonriente, echo todas las galletas que se encuentran en el cuenco de cristal sobre mi cómoda y me dirijo hacia la ventana.Los cristales en mi tiara tintinean con cada paso y la enorme cola del vestido ceremonial es bastante molesta, pero me las arreglo para sostener la bolsa con una mano y la tela con la otra.El corset por otro lado...me está matando.Me obligo a tomar respiraciones cortas para no ahogarme debido a la presión en mis costillas.
¿Quién había inventado eso de que la belleza debía doler?
-¡Chawoo, por aquí!-Sonrío y agito mi mano, haciéndole señas a mi fiel doncella.
A pesar de los nervios, a pesar de todas las angustias y los temores, puedo decir que me siento feliz de verla.Su presencia aquí es el recordatorio de que pronto seré libre...libre con la persona que amo.
Allá, a varios pasos del palacio, él me estaría esperando escondido a orillas del río.Y una vez que nos reuniéramos nos iríamos juntos para comenzar una vida lejos de todo esto, como lo prometimos cuando el trágico anuncio de mi boda tuvo lugar.Era riesgoso y la consecuencias podrían ser terribles, pero lo valía.Lo sé porque con sólo pensar en encontrarme entre sus brazos para siempre mi corazón se agita.No importaba que él jamás me viera con otros ojos que no fueran los de un amigo, con estar a su lado y caminar juntos como alguien libre me bastaba.
Mi doncella mira a ambos lados, similar al gesto que yo había realizado segundos antes, y luego eleva su cabeza para poder observarme con claridad.Está vestida de pies a cabeza con el color distintivo de la pureza y la misericordia: el blanco.Exactamente el mismo vestido ceremonial que yo llevo puesto, con el pequeño recorte de seda celeste cubriendo parte de su rostro.Cualquiera que nos viera no podría diferenciarnos...y ese era el punto, de hecho.
-¡Ooooh, usted luce preciosa!
-¡Sube rápido, anda! ¡No tenemos tiempo!-La insto apresuradamente-¡No tardarán en volver cuando se den cuenta de que mentí!
Ella junta ambas manos y las sacude efusivamente.
-¡Por favor, su Majestad!-Me ruega nerviosamente-¡Por favor no me obligue a hacerlo! Nos meteremos en problemas.
Bufo y engancho mi pequeño bolso en la parte trasera de mi espalda, quitándome los molestos zapatos.
-¡Lo haremos si no te apresuras!-Advierto.
Ella mordisquea sus labios y finalmente da un salto, sosteniéndose del marco de la ventana.Con una sonrisa, la ayudo a subir el tramo que le queda.Sin embargo, ella no está dispuesta a dejarme hacer cuando comienzo a quitarme todos los adornos y la joyería para entregárselas.
-No podemos hacer esto.-Continúa diciendo con efusión-¡Si nos descubren...ni quiero pensar en lo que nos pasará!
-Shhh, alguien te va a escuchar.-Me volteo e intento alcanzar la parte trasera de mi corset, pero no lo consigo y acabo frustrandome-Ayudame con esto, por favor.
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Game of gods » Kino
FanfictionEsta noche Eunji desposará a un monstruo. Poco sabe ella que peores bestias aguardan en la oscuridad. "¡Habitantes de las sombras! Salgan de sus recónditos lugares... Vengan a recibir a su reina..." ➳AU. ➳¡Actualizaci...