Game of gods » Kino

8: El ganador se lo lleva todo.

-Es imposible...-El dios del orden se pone de pie en una explosión de incredulidad que nunca antes había presenciado de alguien con su alcurnia-¡Es imposible!

-De hecho, era casi imposible, diría yo.-Alza una ceja-Hasta que cierta diosa menor bastante torpe me liberó.Ahora pienso devolver el favor.

Cuando él vuelve a mirarme y confirma mi horrenda teoría, todos los presentes lo imitan, incluyendo Myeong.

No puedo creerlo.

¿Él fue...él fue esa cosa que se liberó de la esfera cuando se rompió? ¿El ser frente a mí realmente estaba en su interior? Pero...¿cómo?

Durante años pensé que no había sido más que un sueño y ahora, todo parecía una terrible pesadilla...y era mi culpa.Myeong trató de advertirme que no me acercara a esa esfera y no la escuché.Ahora estas eran las consecuencias.

Liberé a un demonio en el paraíso.

La mirada de desilusión y horror en los ojos de mi mentora me rompe el corazón.

-¿Tú lo liberaste, Eunji?-Susurra, como si no pudiera creérselo.

-Yo...yo...la esfera se rompió.No tenía idea de lo que pasaría si eso ocurría.Sólo quería tomarla prestado y yo...yo l-lo siento...

Shinwon cierra sus ojos y suspira al oír mi confesión.Él ya no podía protegerme.Una cosa era ocultar cosas de los dioses mayores, otra muy diferente era mentirles.Tenía que hacerme cargo de mis errores.Fue mi imprudencia lo que causó todo esto...

Pero, ¿qué era esto, de todos modos? ¿Por qué encarcelarían a alguien en una esfera? Nunca había escuchado de semejante cárcel.¿Quién era aquél ser? ¿Y cuánto poder tenía realmente?

-¡Niña tonta!

Estoy tan aturdida y confundida que tardo en reaccionar cuando la diosa de la justicia se abalanza hacia mí, enloquecida como jamás la he visto y dispuesta a infligirme daño.Cierro los ojos esperando un golpe o algo peor...como un conjuro de tortura que me dejará inmovilizada del dolor.Me lo merezco.Merezco ese castigo y debo soportarlo como retribución a mi grave equivocación.

Pero aunque espero y espero, nada sucede.

Al abrir mis ojos me encuentro al extraño frente a mí.Jadeo al percatarme de que sus dedos envuelven la muñeca de Su Majestad, algo que es considerado un desacato y un acto aberrante, cuyo castigo en el menor de los casos es la muerte.

-No te conviene dañar a mi futura esposa, Hyulari.-Suelta impetuosamente.

Me preparo a que la guardia real lo capture y que el infierno se desate, pero nada sucede.En lugar de eso, la diosa de la justicia lo mira de forma estupefacta.

-¿Futura esposa?-Escupe su Majestad, trastabillándose hacia atrás con una expresión llena de horror y asco-¿Vienes a desposar a la diosa de la misericordia? ¿Tú?

-Ya lo dije.Creo que la edad te está dejando algo sorda.-La boca del desconocido se ladea cuando me mira sobre su hombro con algo oscuro danzando en sus ojos-Vine a devolver un favor.No te liberan de una sentencia eterna todos los días.

-¡Eres un demonio sediento de sangre, eso eres! ¡Una desgracia!-Los ojos de Hyulari arden con furia al mirarme-¡No tienes idea de lo que hiciste, niña estúpida! ¡Nos condenaste a todos!

-¿Terminaste el berrinche?-El susodicho se burla, desapareciendo en una densa niebla negra antes de aparecer sorpresivamente de regreso a su posición inicial-¿Esta es su mejor bienvenida?-Mira a su alrededor con altanería-Deberían considerar remodelar.Todo está como lo recordaba...asquerosamente impoluto, con mariposas volando por todo el lugar.