17: Aliento de mariposa.

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Chawoo prácticamente me obliga a ponerme un vestido decente de esos que detesto y bajar las escaleras ante el primer llamado, aún cuando me resisto inútilmente.

Ella parece estar entre la risa y las lágrimas a causa de mi comportamiento durante todo el trayecto por las interminables escaleras en forma de caracol.Yo por otro lado no dejo de quejarme entre dientes cada que me tropiezo con mis largas faldas de seda.

Rhottenseeg es un pésimo guía mientras lidera el camino dando saltos por doquier y corriendo, obligandonos a seguirle el paso.Primero pienso que es increíble la forma infantil en la que se desliza por los estrechos barandales de oro en lugar de descender las escaleras de la manera más sencilla, pero luego recuerdo que él podría simplemente aparecer en una habitación si lo quisiera y que simplemente nos acompaña porque se le fue ordenado.Aún así, comienzo a sospechar que lo que realmente desea es que yo me caiga de bruces y ruede por el resto de las escaleras frente a todo el público que sale de sus escondites para observar con curiosidad.

Los murmullos no pasan por desapercibido para mí en ningún momento.Muchas criaturas salen de sus escondites y dejan sus tareas para darme un vistazo.

—Se ve maravillosa.—Me dice Chawoo sin mover de forma perceptible la boca a medida que avanzamos entre ellos—¿Quizás podría sonreír más? Se vería más agradable de esa manera.

No me acostumbro a la admiración y la curiosidad que encuentro en cada uno de los ojos de los residentes del palacio.Me hacen sentir incómoda, como si esperaran algo grande de mí y no supiera como corresponderles.

Me miran como si fuera un milagro, cuando en realidad lo único que quiero hacer es robarle a su señor y pagar mi pase de regreso a casa mientras la corona aún esté fría en mis sienes.

¿Eso me vuelve alguien vil? ¿Estoy aprovechandome de su hospitalidad y engañandolos? El sólo considerarlo hace que me sienta culpable y no pueda mirarlos durante mucho tiempo a los ojos.Pero por otro lado, yo jamás pedí encontrarme en ésta posición.Me forzaron.

No soy buena fingiendo.No puedo cumplir con las exigencias de Chawoo.En lugar de ello, lo único que alcanzo a hacer es compartir tímidas miradas con ellos y dedicarles saludos en forma de murmullos mientras nos dirigimos al enorme salón ceremonial en el último piso.

Mientras estamos terminando de descender la escalera y Chawoo se prende de mi brazo como una sanguijuela, observando su alrededor con fascinación, escucho un fuerte estruendo seguido vagamente con retazos de una conversación que me inquieta.

—Quítate de mi presencia.—Ruge una criatura frente a una de las innumerables puertas negras—Estás en mi camino y necesito continuar con mis labores.¡Hiciste que se me cayera el agua ceremonial! ¡Tendré que ir a buscar más al valle!

—Disculpe, madame.—Una figura mucho más pequeña y peluda se encoge frente a ella.Sus ojos de cervatillo asustado me recuerdan a los de Etha—No la ví...

—¿Cómo no verme? ¿Acaso estás ciega?—Bufa la otra.Su rostro tiene los rasgos de una mujer, pero el precioso pelaje que se distribuye a lo largo de las partes visibles de su cuerpo me recuerda a una pantera—Estaba justo frente a tí, tonta criatura.

—D-disculpe...

—Necesitamos ser eficientes.—Ruge, silenciando cualquier réplica—No es la primera vez que sucede algo como esto, ¿realmente piensas continuar siendo un estorbo...?

No intervengas, no intervengas...

Cierro los ojos y respiro profundo durante un instante, intentando concentrarme en la maravillosa copula de cristal en el techo que permite ver a la luna en todo su esplendor, pero no lo consigo.

Game of gods » KinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora