20: La brújula.

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Entre sueños llenos de inquietud debí esconder la daga y reemplazar ese objeto por otro secreto que había descansado hasta entonces en las profundidades de mi bolsa de viaje: el obsequio que jamás debí aceptar.

La brújula que Hongseok había dejado caer de forma imperceptible en el interior del carro antes de mi partida encaja a la perfección entre mis dedos, quienes la abrazan con fuerza contra mi pecho en búsqueda de consuelo.

—Dijiste que podría encontrarte donde fuera con esto.—Susurro con los párpados pesados y húmedos—¿Dónde estás ahora, Hongseok? Necesito tu ayuda...

La única respuesta que obtengo son los sonidos provenientes del pasillo, algunos de pezuñas y otros en forma de profundas voces acalladas, los cuales traen su eco hasta la habitación.Desde aquí también puedo oír los lamentos, risas y sollozos que provienen del valle.Desearía que cerrar las ventanas bastara para solucionar el problema pero como resultado de mis primeros días aquí sé que eso es imposible: el silencioso e insondiable desierto potencia hasta el más ligero crugido.No me quedó más que aprender a dormir a pesar de los cuadros cuyos ojos parecen seguirme y las sombras que se mueven en cada rincón.De no hacerlo jamás podría recobrar energías y lo necesito para mantenerme fuerte.

Mis ojos captan el brillo de la brújula bajo la luz de la luna entre pesados pestañeos.Cuando eres un dios menor luchar contra el letargo es inútil: tu esencia es demasiado débil.

Un parpadeo...

Dos...

Tres...

Trick.

El extraño e inesperado sonido es la única advertencia que tengo antes de que la brújula comience a sacudirse y con ello todo el cansancio se me va de golpe.Alarmada, la alejo de mi pecho y la arrojo al otro lado de la habitación mientras la veo sacudirse de un lado al otro.Como si tuviera vida propia, el pequeño artefacto se eleva y comienza a golpear las paredes con un fuerte sonido metálico.

Mi primera reacción es incorporarme en la cama y quedarme de piedra, pero luego comienzo a sentir miedo cuando el pequeño círculo sobrevuela mi cabeza por a penas un par de milímetros antes de estrellarse contra la pared a mis espaldas, arrojando todos los adornos y cuadros en su camino.Para cuando vuelve a lanzarse en violento vuelo yo ya estoy lanzandome al suelo para cubrirme y no lamentarlo luego.Algo me dice que un golpe de esa cosa debe doler.

—¡Maldita sea, Hongseok!—Mascullo bajo mi aliento, segura de que todo el estruendo va a llamar la atención de alguien—¿Me diste una brújula descompuesta y te pusiste a alardear en vano?

Tal y como si me hubiera escuchado, la brújula finalmente se detiene a mitad de camino y comienza a flotar frente a mi rostro.Su flecha metálica se mueve sin control bajo mi asustada mirada antes de detenerse finalmente y caer de golpe en el suelo.Al hacerlo, la tapa se abre y muestra una pequeña cámara secreta en donde debería estar su mecanismo.

—Hay una inscripción...—Susurro con emoción mientras me arrastro en su dirección para poder leer con más claridad mi reciente descubrimiento—“Todos los caminos te llevarán a un mismo lugar: quien lea éstas palabras a mi creador encontrará.”

Hongseok sabe que amo los misterios y los acertijos, pero esto es demasiado rebuscado.

¿Por qué querría que tuviera en mis manos una brújula descompuesta?

Las palabras son dulces y todo el espectáculo de rebotar por todo el lugar fue algo original, pero pensé que su regalo sería más impresionante.

Desilusionada, cierro la tapa y suspiro.

—Con razón perdiste.—Me quejo—Este es un pésimo regal...

Game of gods » KinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora