El techo, que siempre le había parecido demasiado blanco y sin sentido, se iluminó por los rayos del sol que se colaban a través de la suave brisa que movía las cortinas de la habitación. Había silencio. Por primera vez, en lo que recordaba como años, la casa no amaneció antes que ella, con los cientos de guardianes que su supuesto príncipe le había colocado para mantenerla allí. Suspiró y pudo sentir el latido del corazón del caballero que yacía desnudo y durmiendo bajo su rostro, el cual la había apoyado en su pecho, recolectando sensaciones inigualables mientras la sostenía entre sus brazos, como si la protegiera de los tormentos del mundo, incluso allí, en aquella alcoba que ahora parecía la pintura fresca de una mañana perfecta.
Parpadeó suavemente, con temor a que lo que sus sentidos le aludían no fueran más que una ilusión desesperada de sentirse así de amada, así de cuidada, así de enamorada. Sin embargo, sus ojos se maravillaron ante el rostro elegante y varonil que ahora se encontraba amando.
Harry estaba allí, dormido. Sus facciones le recordaban aquella tarde de julio hace tantos años, cuando habían dormido juntos por primera vez, en una habitación tan minúscula y rodeada de papeles, luego de una noche de estudio. Por un momento, se recordó a sí misma cautivada por la suavidad de sus pestañas, recostadas como plumas en sus mejillas, y su respiración suave, saliendo de sus labios rosados. Pero ahora no es un recuerdo, es uno nuevo que está guardando en sus retinas, al menos lo suficiente antes de caer en la realidad.
En este recuerdo en vida no llegaría Cipriano enfurecido, ni rompería el proyecto en el que habían trabajado toda la noche, pero una llamada sería suficiente para hacerle saber que él siempre estará allí, a la guardia, listo para hacerle notar que las cadenas y grilletes aún están en sus muñecas, sujetándola.
Se alejó del pecho del caballero y miró el teléfono. En el instante, extrañó el sonido del suave corazón del hombre, porque la voz del petulante italiano vino a reemplazarlo, como una cachetada de reinicio que la trajo de vuelta a la realidad, una realidad donde ella aún era una prisionera vigilada.
— ¿Despediste a los empleados? — no hubo tiempo para saludos. El enojo era palpable incluso a través del aparato.
— No, yo no — aún seguía confundida. Su cerebro se había hipnotizado en el suave arrullo de una mañana perfecta. — No lo hice.
— ¿No lo hiciste? ¿A qué estás jugando, Rebekah? — la voz hace que despierte de su embriagante ensoñación, mirando al hombre que comienza a removerse, soltando levemente las riendas en su cintura, dejando que ella se sentara, con manos temblorosas y el latido de su corazón evidentemente acelerado.
Lo había engañado, en su propia cama. Había engañado a su esposo con su mejor amigo, como una cualquiera. Estaba desnuda en los brazos de otro hombre mientras su esposo estaba al teléfono, lejos de allí, por trabajo.
— Necesitaba algo de aire, de espacio — murmura y entonces se aleja.
No puede soportar el toque de Harry en su cintura, no puede dejar de sentirse sucia, condenada.
— ¿Espacio? ¿Aire? ¿De qué demonios estás hablando, Rebekah? — la voz del italiano no hace más que agitar su corazón, mientras toma las sábanas y tapa su desnudez, a punto de entrar en un ataque de histeria ocasionado por la sensación de su miedo más terrible: fallarle a su esposo.
¿Qué se supone que debe hacer? ¿Cómo actuaría una mujer de su calaña frente a un hecho tan evidente de engaño?
— Solo les di unos días libres, Cipriano. Hace años no lo hacemos. Ellos tienen una vida y creí que conmigo sola en la casa, tendrían menos trabajo. Puedo hacerlo sola. — intenta inventar una excusa, pero no suena convincente, lo sabe. Jamás ha sido del tipo que miente, engaña y se acuesta con el mejor amigo de su esposo.
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illicit affairs | Harry Styles
Hayran KurguNo me llames infantil, no me llames bebe. Mira este desastre en el que me haz convertido. Me mostraste colores que sabes no puedo ver con nadie más. No me llames infantil, no me llames bebe. Mira esta maldita idiota en la que me convertiste. Me en...