capítulo 1

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Duncan miró a los presentes y sintió que su ropa le quedaba algo apretada. No era un hombre de usar traje, pero dado el caso de que era su boda, debía utilizar algo diferente, o al menos eso pensaba. Bajó la mirada hasta su reloj de mano y vio que eran las 6:45 de la tarde. Aún faltaban algunos minutos para que fueran las 7 de la noche. Sabía que muchos de los presentes lo miraban como a un loco, ya que él solo había dicho que hoy sería su boda y que tenía que organizar una pequeña reunión en su propiedad.

Como líder de la manada de los Mackenzie del Clan Dunnet Head del norte de Escocia, se caracterizaban por ser los lobos más grandes en relación con los demás, así como por sus habilidades de rastreo y oído agudo, marcando la diferencia entre los cuatro clanes existentes. Y él, como líder de la manada, era aún más grande que los de su clase, ocasionando el temor de sus enemigos, así como el repudio de las mujeres de su clan y las grandes cicatrices que cubrían su cuerpo y así como su aspecto no era considerado guapo.

Pero en el mundo en el que se desenvuelve, donde el liderazgo se medía con la fuerza, ser guapo no cumplía un papel importante, así que no se preocupaba por su apariencia o si era grato para las mujeres. En algunas ocasiones, no podía negar que tenía en mente formar una familia, pero aquel sueño con los años se veía tan lejano, o eso pensó hasta que conoció a ella aquel día. Soltó un suspiro y miró nuevamente el reloj. Eran las 6:50, aún faltaba tiempo.

Sintió la mirada de su primo, pero al mismo tiempo notó la risa burlona que le lanzaba desde su asiento. Sabía que, así como él, muchos se burlaran de su actuar, ya que no se explicaba cómo una mujer podía tener interés en él, y más aún, contraer matrimonio. Él que espantaba con su carácter hasta al más valiente.

Miró a su hermano que estaba a su lado derecho, a pesar de la gran afinidad que había entre ambos. Su físico marcaba una gran diferencia, ya que su hermano tenía el cabello rubio y ojos verdes, reflejando su parecido con el de su madre, mientras que él heredaba lo robusto de su padre, así como su altura. A pesar de que su hermano era alto, él lo superaba. Tenía el cabello negro por los hombros, sin ningún tipo de cuidado, lo que le daba un aspecto salvaje. Además, mostraba un incipiente crecimiento de barba que le daba un toque desaliñado. Con sus ojos negros profundos y su hermano, mostraba una piel blanca e inmaculada. Sin embargo, él tenía grandes cicatrices debido a las luchas para proteger a su manada. En pocas palabras, su hermano era el guapo de la familia y, gracias a su aspecto, se encargaba de la parte diplomática del clan.

--Hermano, ¿estás seguro de que vendrá? —Kai estaba preocupado por Duncan, ya que nunca se imaginó que su hermano llegaría del matrimonio de uno de sus primos para decirle que se casaría al día siguiente por una mujer que conoció en aquella reunión y que resultaba ser la heredera de los Campbell, del Clan de los Galloway de los lobos del sur de Escocia. Estos se caracterizaban por su rapidez y habilidad sensitiva. nunca se había relacionado con los de su clan debido a las diferencias y hostilidades del carácter de los Mackenzie, ya que esto podría resultar perjudicial para los Campbell.

Duncan miró a su hermano tras escuchar aquella pregunta, sabía que esta era la pregunta que más de uno se hacía en esta pequeña reunión. –Eso espero.

Kai abrió los ojos levemente tras la respuesta de su hermano, ya que esta no fue ni una afirmación ni negación, lo que lo dejó en una situación algo crítica. Sabía que, como diplomático, en algunos momentos era mejor callar y dejar que las cosas se desarrollaran para luego tomar una decisión. Bajó la mirada; sabía que su hermano no era aceptado por el gremio de las mujeres. A pesar de que era líder de una de las manadas más grandes, estas no estaban dispuestas a relacionarse con el hombre que tenía fama de ser despiadado y cruel con los suyos.

un día, una noche y una boda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora