Elegimos amar, pero no podemos elegir cuando dejar de hacerlo...
Hogwarts lucha por volver a su gloria después de la guerra, el destino entrelaza de nuevo a unos viejos conocidos. Dándoles la oportunidad de redimir sus errores y una segunda oportuni...
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Miércoles 23 de diciembre de 1998 Mansión Malfoy, Wiltshire, Inglaterra.
-Saca tu varita...- Siseo amenazante.
-No te tengo miedo. Esta es mi casa, no la escuela.-
-Sabes perfectamente que esa palabra no está permitida.-
-En esta situación no hay reglas que valgan.-
-¡Por supuesto que sí!-
-¡¡ASTERIA!!-
-¡¡TÍA!!-
Gritaron al mismo tiempo, mientras yo casi caigo de la escalera. Sus tontos gritos no me dejaban colocar la estrella en la punta del enorme pino, cada vez que casi lo conseguía gritaban y me desconcentraban.
Enojada me encamine hacía el comedor.
-¡Expelliarmus!- Los desarme a ambos, recogiendo sus varitas en el aire.- Okey, no más varitas mientras juegan.
-¡Tu sobrino hace trampa!-
-¡Tía no es verdad!- Draco se defendió cruzando los brazos.
-No entiendo cómo es que ustedes dos, se pueden alterar tanto por un simple juego.-
-No solo es un juego, es habilidad, conocimiento, destreza... y los animales mágicos no están permitidos en este juego muggle.- Severus golpeó la mesa.
-Ese no es mi problema, que los tontos muggles no sepan de su existencia.-
-¡Draco!-
-Bueno los... muggles ignorantes. Sin afán de ofender.-
-Lo que dice Severus es verdad, en el basta muggle, no puedes poner animales mágicos.-
-¡Gracias!- Severus recargo su espalda en el respaldo de la silla.
-Solo le das la razón por que es tu novio.- Me reclamó.
-¡Claro que no! ¡Y no es mí...- Severus tocio viéndome con los ojos entrecerrados.- ¡Como sea! Además, dejen de jugar, ayúdenme a decorar, en esta casa tengo que hacer todo yo.
Draco giro los ojos, mientras que Severus se puso de pie quitándome su varita de los dedos.
-¡Oye!-
-Nativitatis reparo.- De las paredes nacieron guirnaldas, esferas flotantes, candelabros con velas de olor a pino, nochebuenas florecientes y de rojos pétalos, escarcha verde decoraba la gran escalera, y de la chimenea colgaban botas navideñas.
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