Elegimos amar, pero no podemos elegir cuando dejar de hacerlo...
Hogwarts lucha por volver a su gloria después de la guerra, el destino entrelaza de nuevo a unos viejos conocidos. Dándoles la oportunidad de redimir sus errores y una segunda oportuni...
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Jueves 24 de septiembre de 1998 Prisión de Azkaban
-Todo quedo en orden, el juicio será la próxima semana, el 30 de septiembre.-
Estaba recargada contra los fríos barrotes de Azkaban mientras Lucius mordía sus uñas nervioso. Odiaba verlo así, ese no era mi hermano, verlo en este lugar era deprimente.
-¿Has tenido problemas con Draco?-
-Bueno, su apellido es Malfoy...- Dije alzando mis comisuras en una sonrisa.- Imaginaras como tiene el carácter. Pero es un buen chico.
-Lo malcríe mucho siendo un niño. Me tranquiliza que haya podido visitar a Cissy.- Ambos suspiramos.- ¿Ya te reencontraste con Snape?
Alce mi vista topándome con sus ojos grises sin contestar nada.
-Tu silencio me indica que si... otro mortífago decente.- Seguí guardando silencio.- ¿Por qué no lo intentan de nuevo? Te gustaba mucho cuando eras niña... Sería bueno que no estuvieras sola...
-No, creo que mi tiempo ya paso... yo no, no me siento lista y dudo que Severus algún día sienta algo por mi...- Baje mi mirada a mis manos.
-Sigo pensando que es un idiota.-
Ambos reímos un poco.
-Te extrañaba hermano.- Estire mi mano entre los barrotes, Lucius la sostuvo acariciándola con su pulgar.- Veras que pronto estarás en casa.
-Esperemos eso... si vuelvo. ¿No te iras de nuevo, verdad?-
-No, ya fue suficiente de huir, además, me gustaría seguir viéndote vigilando que no metas la pata, ver a Cissy a Draco... son lo único que me queda.-
Lucius beso mi mano y la dejo ir.
-¡El tiempo acabo!- El auror Park alzo la voz desde el pasillo.
Ambos nos volvimos a ver a los ojos, sería la ultima vez antes del juicio.
-De aquí al juicio hermana.- Lucius trato de sonreírme con confianza.
-Veras que todo estará bien.- Dije poniéndome de pie y sacudiendo mis ropas.- Adiós Lu.
-Hasta pronto elfo.-
Ambos sonreímos y me aleje por el pasillo, no podía evitar sentir mi corazón un poco más pequeño cada que me despedía de Lucius en la celda.
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