Capítulo 34.- El baile

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Jueves 17 de diciembre de 1998
Hogwarts

-¿No se ve extraño?-

-No, creo que te miras muy guapo.- Ajuste el moño de Draco y alise con la mano las solapas.- ¿Ya invitaste a Astoria?

-Por supuesto, aunque Pansy me miro mal toda la semana.-

-Es lo menos que te mereces, eso de salir con la hermana menor de la mejor amiga de tu ex, no es buena idea.- Draco le restó importancia encogiéndose de hombros.-Creo que quedó bien... listo.

Mire a mi sobrino con una sonrisa.

-¿Y tú vestido?-

-Iré ahora mismo a recogerlo a Hogsmeade.-

-¿Y con quién asistirás?- Alzó las cejas.

-Soy una profesora...- Me pinte los labios en el espejo.- No tengo que ir con nadie, mi función es vigilarlos.

-Pues en el Yule Ball, Hagrid asistió con la directora de las beauxbatons.-

Abrí los ojos incrédula.

-Bueno, Hagrid tiene mejor vida amorosa que yo, como sea, quítatelo y sin arrugarlo por favor. Iré al pueblo.-

-¿Quieres que te acompañe?- Draco comenzó a desabrocharse el moño negro del cuello.

-No cariño estaré bien, es plena tarde no te preocupes.- Draco asintió.

Espere que Draco terminara de cambiarse para ir al pueblo, había conseguido de milagro que la costurera Prickett me arreglara un viejo vestido de mi madre en menos de una semana, no fue sencillo convencerla pero unas cuantas monedas de oro lo hicieron.

Tome mi bolso para salir, doble por el pasillo se podía ver los bosques y los senderos blancos, había comenzado a nevar desde hace un día, así qué al salir del castillo estaba realmente frío, pequeñas nubes de vaho salían por mi boca.

-Gracias Señora Prickett.- Recogí la bolsa y salí de la tienda, en secreto esperaba que Severus viera mí vestido.

Las calles de Hogsmeade lucían hermosas, las decoraciones navideñas adornaban por doquier, se respiraba jengibre y galletas dulces de melaza

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Las calles de Hogsmeade lucían hermosas, las decoraciones navideñas adornaban por doquier, se respiraba jengibre y galletas dulces de melaza.

La época navideña era de mis favoritas en Chicago, era como si la magia inundaran todos los lugares, con sus luces y regalos envueltos en papeles de calicós colores.

Me detuve en el aparador de Magic Neep, donde un nuevo estuche de gobstones figuraba en la vitrina, no había comprado un regalo para Snape, así que eso podría ser un buen regalo, también podría ser una pluma nueva, me quede pensando unos minutos, sabía que su madre había sido la capitana del equipo, así que me decidí por ese obsequio.

Compre el tablero de madera de pino y las canicas de vidrio modelado, realmente era lindo. Así que esperaba que el regalo le gustara. Seguí mi camino por el camino cubierto de nieve.

Carpe Diem (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora