Elegimos amar, pero no podemos elegir cuando dejar de hacerlo...
Hogwarts lucha por volver a su gloria después de la guerra, el destino entrelaza de nuevo a unos viejos conocidos. Dándoles la oportunidad de redimir sus errores y una segunda oportuni...
-¡Cárites por el amor de Merlín! ¡Quédate quieta!- Narcisa Malfoy trataba de disimular la sonrisa de su rostro.- No quiero que maltrates esta obra maestra.
-Nunca me he podido quedar quieta cuando me tocan el cabello.- Cári se remojaba los labios mirándose al espejo del tocador algo inquieta.- ¡Ouch!
-¡Te dije que no te movieras!- Narcisa termino de enterrar los pasadores en el cabello de su cuñada.- Listo. ¡Vamos! Mírate de pie.- Esta vez Narcisa sonrió de oreja a oreja dándole la mano para pararse.
No era la primera vez que Cárites Malfoy se miraba a un espejo enfundada en un vestido de novia, pero esta vez, esta vez una revolución de mariposas se movían furiosas en su estomago, esta vez se sentía correcto, era ella, realmente, con su apellido verdadero, su familia y su legado; lo que el espejo reflejaba era lo de debió reflejar hace quince años, no usaba otro nombre de incognito ni se sentía vacía, y su futuro esposo era el amor de su vida.
El niño de pelo negro y piel cetrina, tímido y estudioso que se volvió su confidente, su corazón roto y vuelto a armar, el hombre que tanto anhelo aun y cuando los años pasaron.
Se miro en el espejo, su cabello blanco atado por detrás con cabellos sueltos que enmarcaban sus ojos gris plata, aretes de diamantes que caían en cascada, joyas que su hermano mayor le había regalado en la cena de compromiso, en su muñeca el brazalete que le había regalado su prometido en navidad.
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-Snape debe de agradecer al cielo llegar a este día vivo después de lo que me hizo.- Se quejó Cissy.
La esposa de Lucius aun no perdonaba el hecho que después de toda su dedicada planeación en la fiesta de cumpleaños de Cárites; Severus hubiera tomado la atroz decisión de proponerle matrimonio en el jardín y no como se suponía que se había planeado.
-Yo agradezco que no lo hayas dejado calvo para este día.- Rio Cárites.
-Ganas no me faltaron, pero este es tu día cuñada y debe de ser perfecto.-
Cári siguió con su análisis en el espejo, había convencido de alguna manera a Cissy y Andrómeda de acompañarla a escoger su vestido en una tienda muggle en Soho, pero bueno al final su apellido era Malfoy, ningún vestido muggle le lleno el ojo, no quería aceptar que Narcisa tenía razón y que tendrían que ir al callejón Diagon en su búsqueda.
Se había probado tantos vestidos en Soho que tenía un inusual mareo nervioso y nauseas horribles.
Así que al llegar a la tienda mágica de la prima de la profesora Sybill, Pandora Trelawney, lo vio y supo que debía de ser ese, era todo al mismo tiempo, era dramático y sencillo, llamativo y discreto, las mangas eran el principal protagonista, Andrómeda tenía sus reservas sobre todo al ver el precio del vestido; pero para Cissy fue un total ¡Sí!
