Epilogo

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Dos vidas.

27 de diciembre del 2000Mansión Malfoy, Wiltshire, Inglaterra

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27 de diciembre del 2000
Mansión Malfoy, Wiltshire, Inglaterra



Severus Snape caminaba de forma ansiosa por la sala de la mansión, trataba de no estallar en colera ante las burlas de su cuñado y sobrino.

-Vamos cuñado no es la primera vez que te enfrentas a esto.- Lucius lo tomo por los hombros.- Además el primero fue más riesgoso, el niño solo espero hasta los siete meses.

-Esto pasa por no esperar la cuarentena.- Dijo tajante y burlón Draco Malfoy.- Fue un riesgo que mi tía se aventurara a otro hijo a los cuarenta. ¡Parecerán abuelos en lugar de padres!

-¡Guarda silencio Draco!- Narcisa entró molesta al salón, captando la mirada ansiosa de Severus.- ¡Además! ¿Qué haces aquí? Deberías de estar cuidando a tu primo.

-Solo esta dormido. ¡¿Qué se supone que debo de cuidar?-

-¡Largo!- Draco se quejo yéndose del lugar.- ¡Y tú, ya deberías subir! Esta a punto de nacer o sí no mi cuñada no te lo perdonara como cierto hechicero que no estuvo presente en el nacimiento de su único hijo.

-¡Ya te lo he dicho muchas veces! Estaba demasiado nervioso.- Lucius estrello su bastón contra el piso.

-Como sea, Cári fue la única que estuvo a mi lado en ese momento.- Narcisa apunto a Snape mientras juntaba toallas en su brazo.- Así que sube. ¡Ahora!

A Severus ni le dio tiempo de pensar cuando sus piernas ya se movían veloces hacia las escaleras, pronto los gritos de su esposa resonaron por el piso superior, habían decidido mudarse los últimos meses del embarazo para recibir ayuda de Narcisa.

También cabía mencionar que solo hace un par de días Draco había le había pedido matrimonio a Astoria Greengrass poniendo los nervios de punta de su madre Narcisa.

-¡NO PUEDO!-

-Querida si puedes, solo puja un poco más, su cabeza esta casi afuera.- La enfermera le daba ánimos a una agitada Cárites Snape, su esposo fue corriendo a su lado con el rostro tan pálido como la luna.

-¡¿Dónde demonios estabas?!- Espetó furiosa.- Debiste de subir hace... ¡Haaa! ¡Mucho!

Snape no podía ni contestar.

-¡Ya viene, ya viene!-

Cárites atrapo la mano de su esposo en un chillido, haciendo que Severus pegara un grito ahogado.

-¡Sabes lo mucho que te detesto en este momento!-

-Me lo imagino...- Severus recupero la compostura besando la mano de Cárites.
-Vamos señora Snape uno más.-

-¡HAAAAA!-

Entre gritos de la madre, la niña de cabello negro nació llorando a mitad de la noche, de forma tan fuerte que en el piso de abajo Draco Malfoy tuvo que acunar a su sobrino para que este no despertará llorando.

Carpe Diem (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora