Capítulo 31

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Greco siempre había sido una persona importante en mi vida, había sido un gran amigo y compañero, siempre, incluso en mi peor etapa él se había mantenido a mi lado, por desgracia tuvimos ciertas disputas que nos distanciaron y al final cada uno hizo su vida, a pesar de eso siempre guardé un buen recuerdo de él, siempre recordando las cosas buenas y los buenos momentos. Ahora mismo, mientras Horacio y yo huíamos a toda velocidad por las calles de la ciudad lo odiaba con toda mi alma, no nos daba ni un respiro y sabía exactamente cada callejón o esquina, los años de patrullaje y de persecuciones lo habían hecho un adversario difícil de esquivar.

一¡Nos van a atrapar! 一dijo Horacio mirando hacía atrás, ambos estábamos enmascarados y llevábamos parte de la droga y el dinero encima, que nos atraparan ahora mismo no era muy beneficioso pero por desgracia no pudimos hacer otra cosa.

De una forma u otra terminamos en un coche patrulla con las molestas esposas puestas mientras un alumno nos decía nuestros derechos, podía ver como Horacio ponía los ojos en blanco tras su máscara mientras el alumno se tomaba muchísimo tiempo en decir los derechos, leyéndolos con una lentitud aplastante y de forma entrecortada.

一¡Sí, sabemos nuestros derechos, cállate ya! 一dijo perdiendo los papeles.

一Ten un respeto, es un alumno, está..., aprendido. 一Intentó defender Greco pero estaba seguro de que a él también lo estaba poniendo muy nervioso一. Que sepa que por eso podría ponerle otro cargo.

一¿Qué cargo? No lo ha insultado 一dije yo riendo un poco mientras me acomodaba en mi asiento, tarea que hubiera sido mucho más sencilla si no tuviera las manos esposadas en la espalda.

一Oh, ¿ahora sabes más que yo del código penal? 一dijo Greco mirándome por el espejo retrovisor y yo sonreí con superioridad, aunque él no pudo verlo por la máscara.

一Te aseguro que sí.

一Segurísimo 一dijo Horacio dándome la razón, Greco bufó y no habló nada más durante todo el camino, lo que aproveché para mirar a Horacio.

一¿Estás bien? ¿Te has puesto las esposas demasiado cerradas? 一Horacio me miró al escucharme hablar y lo escuché reír levemente mientras negaba con la cabeza.

一Estoy bien, no será la primera ni la última vez que me esposen aunque..., preferiría que lo hicieras tú en nuestra cama 一dijo y me guiñó un ojo.

Escuché a Greco bufar divertido desde el asiento del conductor y yo desvié la mirada avergonzado porque bueno, él seguía siendo mi amigo y compañero y no era un tema para hablar allí aunque siendo Horacio las bromas así se hacían en cualquier lugar.

Cuando llegamos a la comisaría nos bajaron del coche y procedieron a cachearnos, el alumno me tocó a mí y Greco se encargó de Horacio.

一Pero mira que tenemos aquí 一dijo Greco quitándole la droga a Horacio que no dijo nada.

一Él tiene más, señor 一dijo el alumno quitándome mi parte y Greco asintió.

La verdad no llevábamos casi nada, preferíamos hacerlo así para que no nos quitaran toda la mercancía si nos pillaban. Seguimos a los policías hacia el interior y nos metieron en el cuarto donde nos iban a procesar, allí nos quitaron las esposas.

一Quitaros las máscaras y dadnos la identificación 一dijo Greco agarrando la PDA.

一No creo que haga falta 一dijo Horacio quitándose la máscara, Greco lo miró con los ojos muy abiertos.

一No, yo creo que no 一dije yo también, quitándome la mía.

La PDA tembló en las manos de Greco cuando nos vio a ambos, tragó saliva y me miró, su rostro se puso tenso mientras yo lo miraba con una pequeña sonrisa, entonces apretó la PDA y sin decir nada salió, dejándonos con el alumno solos, el pobre miraba a la puerta y luego a nosotros sin saber qué hacer.

Back to you ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora