Epílogo

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El sol brillaba con fuerza sobre mi cabeza, el olor a mar llenaba mis fosas nasales mientras agarraba con cuidado las flores moradas y las ponía en el pequeño agujero que había hecho en la tierra para ellas, me pasé la mano por la frente, borrando los rastros de sudor mientras miraba me levantaba y observaba con una sonrisa orgullosa mi gran creación, el jardín.

一¿Quieres limonada? 一preguntó Horacio llegando con una bandeja, dejándola en la mesa que contaba con una sombrilla y sentándose en la silla, yo no dudé en ir y servirme un vaso ya que me encontraba sediento.

Mientras bebía lentamente lo miré, se había echado hacía atrás apoyando la espalda en el respaldo de la silla y tenía la cabeza hacía atrás, con los ojos cerrados, haciendo que los rayos de sol dieran en su ya morena piel.

El diagnóstico oficial había sido pérdida de memoria, por segunda vez, al parecer después de un operativo para rescatar a Horacio de los payasos del Tetris había terminado en urgencias, al despertar no recordaba nada y decía ser Viktor Volkov, comisario del CNP, había perdido diez años de mi vida de repente.

Horacio no me había hablado demasiado al respecto pero en el operativo para terminar por fin con los payasos algo había salido mal y yo había acabado de nuevo en el hospital, olvidado esa etapa en la que decía ser comisario y volviendo a antes del primer ingreso en el hospital, los médicos no entendían que pasaba y Horacio tampoco.

A veces, mientras lo miraba me preguntaba si realmente había vivido todo, la infiltración en The Union, la relación con Horacio diez años antes pero, poco importaba, a fin de cuentas todo había salido bien, yo estaba con Horacio y era lo único que me importaba.

一¿Soy tan guapo que no puedes dejar de mirarme? 一preguntó Horacio sin abrir los ojos, haciéndome reír.

一Lo eres. 一Él bufó un poco avergonzado pero no dijo nada más.

No sabía si lo había vivido todo o simplemente era un sueño, pero recordaba tan bien todo que lo dudaba, estaba seguro de que no estaba loco y había vivido lo que había vivido, no había conseguido cambiar el destino de mi Horacio, que seguía con esa marca de quemadura en el cuello producto de la explosión de la iglesia, que seguía con una hermosa sonrisa pero no tan radiante como la de hacía diez años cuando no había vivido las pesadillas que lo habían perseguido durante los años pero no me importaba.

Horacio era Horacio, más risueño, menos, con más marcas, con menos, no importaba, yo lo amaba como fuera y solo esperaba que ese Viktor Volkov que había vivido con mi Horacio cuidara al Horacio que había sido mío durante mi viaje al pasado, ese Horacio al que había tocado y al que le había dado mi primera vez, solo esperaba que lo cuidara como se merecía.

一¿Vamos a la cama? 一dije de repente y Horacio movió la cabeza, abrió los ojos y me miró con una ceja alzada.

一¿Eres un adolescente hormonal o algo así?

一¿Eso es un no?

一No, no es un no, anda, vamos a la cama, a ver si me sigues el ritmo, oxidado 一dijo divertido levantándose de la silla, tomando mi mano para guiarme al interior de la casa.

El olor a mar seguía fuera, el sol seguía brillando, las risas seguían y el mundo simplemente seguía girando, todo había vuelto a su curso y yo, como debía hacer cualquier Viktor Volkov había vuelto a mi Horacio y eso era lo único que necesitaba.


Y... FIN.

Back to you ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora