Capítulo 53

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一Atención, el objetivo está llegando 一habló por radio el francotirador.

一10-4, informa si ves algún movimiento 一ordené y al instante recibí una afirmación.

一Está bien, necesitamos que todos estéis listos, nuestro objetivo es nada más y nada menos que una de las mafias más organizadas de la isla, tener mucho cuidado y sobre todo, seguid el plan. 一La voz de Horacio sonaba alta y clara, autoritaria, los agentes del CNI habían estudiado el plan a fondo y nosotros nos habíamos asegurado de que así fuera, no podíamos permitirnos ningún fallo.

Escoger el día ideal para realizar un operativo de estas características había sido complicado pero habíamos llegado a la conclusión de que lo mejor sería hacerlo una vez hubieran realizado un intercambio de armas por varias razones:

La primera y más importante, tendrían menos mercancía dentro de la base lo que hacía que la imputación pudiera ser menor pero, a su vez, los ponía en desventaja ya que aunque siempre contaban con armamento y munición, dispondrían de menos después de una venta importante y tardarían un tiempo en recuperarse.

La segunda era que, como ellos mismos nos habían comentado, realizaban fiestas en la base después de cada intercambio importante, para celebrarlo, por supuesto Horacio y yo estábamos invitados pero habíamos mentido diciendo que iríamos un poco más tarde de imprevisto, ellos nos creyeron y lo único que respondió Emilio fue un emoticono sugerente.

一¿Están en posición? 一pregunté a la radio, estábamos dentro de unos vehículos blindados, había un par de ellos y todos estaban llenos de agentes del CNI, mucho más preparados que los del CNP, mientras Conway seguía en su oficina del CNP actuando con normalidad haciendo que el líder no pudiera sospechar nada, a fin de cuentas Conway no se quedaría en su despacho mientras desmantelaban la mafia que le había estado jodiendo, ¿verdad?

一10-4. están llegando a la zona de la piscina 一respondió el francotirador, esa era la señal.

A los pocos segundos uno de los blindados más pesados irrumpía en la base de The Union estampándose contra la imponente verja, haciendo un ruido que debió escucharse en los barrios cercanos, los agentes bajaron rápidamente con Horacio mientras los que estaban conmigo rodeaban por completo la vivienda por si alguno intentaba escapar.

Los disparos no tardaron en llenar todo, yo agarré con fuerza mi arma y entré también en el interior, mientras los disparos se sucedían y veía a gente herida y la sangre solo podía pensar en Horacio.

Recordaba la conversación con él, unas horas antes mientras aún estábamos en la cama, mientras lo abrazaba con fuerza recordando que un operativo de un calibre similar fue donde todo pasó y yo viajé al pasado, un tema que Horacio parecía olvidar la mayoría de las veces.

一Horacio 一susurré y dejé un beso en su frente, él me miró aún un poco adormilado y solo hizo un pequeño ruido con la garganta que me hizo entender que siguiera一. Te quiero, eres el amor de mi vida y...

一No, para 一me interrumpió poniendo las manos en mi boca y negando con la cabeza一, no hables como si fuera el final, como si uno de los dos fuera a morir en unas horas, no lo hagas.

Lo miré durante unos segundos sin moverme, él tampoco lo hizo, sus manos seguían cubriendo mi boca y suspiré, asintiendo.

一Tienes razón, perdón.

Ahora, mientras caminaba al interior de la imponente mansión y los disparos seguían solo podía pensar en como era posible que unos tipos que eran un número inferior de personas pudieran crear tanto caos, eso era lo realmente peligroso de The Union, estaban dispuestos a explotar todo por los aires antes que dejar que los atraparan y nosotros estábamos literalmente dentro de la boca del lobo.

Aquella mansión, aquella piscina, todo eso era su territorio, ellos sabían todos los secretos que escondían, todos los pasadizos que podrían esconder y todos esos cajones donde dios sabía que podía encontrarse y yo y Horacio lo sabíamos, al igual que los agentes del CNI y aún así lo estábamos dando todo, incluso nuestra vida, para conseguir que esto terminara y Horacio y yo ni nos habíamos despedido, aunque suponía que era lo mejor, no podía pensar en como sería despedirme de él para siempre, otra vez no.

Entré en la mansión sintiendo el corazón latir con fuerza, había visto algunos agentes en el suelo pero también había visto como apresaban a alguno de los miembros pero Horacio no estaba, escuché disparos en el piso de arriba y subí las escaleras de dos en dos, rezando a un dios en el que hacía años había dejado de creer porque Horacio estuviera bien.

El piso de arriba era peculiar por varios motivos y el que más me preocupaba sin duda era el hecho de que había una cantidad exorbitante de armas la última vez que ojeamos las habitaciones, ahora y después de la venta debían haber menos pero el peligro seguía ahí.

Cuando terminé de subir las escaleras lo sentía, el pulso acelerado, la respiración irregular y el sudor frío, el miedo corría por mis venas a una velocidad como si yo fuera el que estuviera a punto de morir y aun así tenía claro que no, que si fuera yo no estaría así.

Miré a mi alrededor, no había rastro de nadie pero si escuchaba ruidos en una de las habitaciones, caminé lentamente con el arma en alto apuntando hasta que llegué a la habitación, me escondí en la pared, al lado del marco de la puerta y tomé aire, podía imaginarme entrando y encontrándome el cuerpo sin vida de Horacio y todo mi cuerpo se estremecía solo con ese pensamiento.

Negué con la cabeza y tomando todo el valor del que disponía entré apuntando con mi arma, en cuanto lo hice vi a una persona de pie que se dio la vuelta con rapidez y me apuntó con su arma, nos quedamos así unas milésimas de segundo hasta que ambos bajamos el arma y yo sentí como mi alma volvía a mi cuerpo.

一Joder, que susto 一dijo Horacio mientras reía y yo suspiré, acercándome a él para abrazarlo.

Lo abracé con fuerza durante unos segundos, como asegurándome de que seguía ahí, que lo estaba tocando de verdad y que no iba a parpadear y él desaparecería, apareciendo frente a mí en medio de un charco de sangre.

Cuando abrí los ojos miré hacía el suelo, en él estaba Armando esposado y nos miraba con cara de asco, no nos habíamos quitado en ningún momento las máscaras así que no sabía quienes éramos pero era lo mejor.

Una media hora después estábamos llegando a federal, Conway estaba allí, fuera, esperando y a su lado Greco que parecía no entender nada, bajamos y fuimos rápidamente hasta ellos mientras los agentes del CNI se ocupaban de sacar a los criminales de los coches.

一¡Eso es, coño, dadme un puto abrazo! 一dijo Conway con un humor muy raro en él, aun así Horacio no dudó en ir a abrazarlo y yo, por la euforia del momento también lo hice, hasta yo me sorprendí.


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Tenemos a The Union... ¿o no? 

En fin, nos vemos en el siguiente capítulo ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨

Back to you ~Volkacio~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora