En unas horas tendréis una sorpresa... AHÍ LO DEJO
Dicen que cuando estás a punto de morir ves tu vida pasar frente a tus ojos, yo nunca lo he creído, siendo policía he estado demasiadas veces frente a la muerte, ella me ha mirado a los ojos y yo le he apuntado directamente a la cabeza con mi pistola.
Ahora, después de haber pasado por tanto y de haber viajado al pasado después de morir, o casi morir, o ni siquiera saber qué fue lo que pasó realmente, pensando bien, lo único que pasó frente a mis ojos fue Horacio, su sonrisa, su voz, sus ojos.
一Que cursi.... 一susurré negando con la cabeza por mis propios pensamientos.
Era una noche tranquila en nuestra casa en mitad de la nada, estaba nevando así que habíamos puesto más mantas en la cama para que Horacio no tuviera frío y estaba durmiendo a mi lado, solo llevaba puesto unos boxers y su cabeza descansaba en mi pecho mientras mis manos pasaban por su espalda, haciendo pequeños círculos con la punta de los dedos.
Miré a mi lado, eran las dos de la mañana y yo no tenía intenciones de dormir y sabía bien porque era, el aniversario de la muerte de Aleksandra seguía azotando mis pensamientos cuando llegaba, no importaba cuantos años pasaran o cuanto cambiara, ese día siempre me mantenía despierto aunque había aprendido a sobrellevarlo de una forma mejor.
El Volkov de hace años, el que debería estar viviendo esta vida ahora mismo solía emborracharse hasta perder el conocimiento en esta noche, sumando a la pena de Aleksandra la pérdida de Ivanov, su mejor amigo, con el paso del tiempo simplemente había aprendido a pasar esa noche encerrado en su habitación, mirando al techo soledad pensando en muchas cosas, esta vez sería diferente ya que sentía el calor del cuerpo de Horacio contra el mío.
Siempre me solía realizar las mismas preguntas, si Aleksandra estaría orgullosa de verme, si Aleksandra me vería desde donde quiera que vayamos cuando morimos, si Aleksandra querría algo más para mí, esta noche tenía muchas otras preguntas que a veces ya me había hecho, si ella estaría feliz por verme con Horacio, si le caería bien..., sí, claro que le caería bien. Horacio era así, sabía hacer que todo el mundo lo adorara, hasta el comisario de hielo.
Horacio dejó salir un pequeño ruido, parecido a un suspiro que hizo que lo mirara, estaba ahí, durmiendo tranquilamente sin saber que yo estaba despierto, acurrucado a mi lado como solía hacer, fuera hacía frío pero en la cama la temperatura era perfecta.
Bostecé y volví a mirar hacía el reloj, parecía que la noche avanzaba muy despacio, siempre sucedía eso cuando no podía dormir, los minutos se volvían horas donde no podía dejar de darle vueltas a la cabeza, aunque realmente no tenía demasiado en lo que pensar.
Cerré los ojos aun a sabiendas de que no podría dormir, era curioso como al viajar al pasado todo lo que había pensado era en Horacio, ¿sería porque pensaba que iba a morir? ¿Sería por mis sentimientos? No lo sabía... Siempre había imaginado morir en un operativo y que frente a mis ojos pasaran las imágenes de mi desdichada vida, la pérdida de mi hermano y mi madre, la de Aleksandra, la soledad, la tristeza, el vodka, siempre había sentido que moriría de forma lamentable porque eso era lo único que encontraría, miseria.
Volví a abrir los ojos al sentir que Horacio se removía a mi lado y luego de comprobar que seguía dormido volví a mirar el reloj, sólo habían pasado unos veinte minutos desde la última vez que lo hice.
Sentí la garganta seca así que con mucho cuidado decidí levantarme de la cama, haciéndolo todo lo lento que podía para no despertar a Horacio que estaba abrazado a mí como si fuera un koala a su rama, fui hasta la puerta y una vez la abrí y salí volví a cerrarla con cuidado.
Suspiré aliviado de haberlo conseguido y bajé, Horacio siempre decía que las noches de insomnio lo mejor para dormir era un vaso de leche caliente, yo realmente no creía que algo así me fuera a ayudar en una noche como esta donde mi hermana llenaba mis pensamientos pero decidí intentarlo de todos modos, no era la primera vez que intentaba ese truco y nunca había funcionando pero esta era la primera vez que tenía a alguien durmiendo a mi lado, podía funcionar.
Mientras esperaba a que la leche se calentara en el microondas me apoyé en la fría encimera de mármol con ambas manos y volví a suspirar, últimamente lo hacía demasiado aunque Horacio decía que estaba bien, era como si estuviera dejando salir todas las veces que no lo había hecho en el pasado simplemente porque no me permitía a mi mismo hacerlo.
一¿No puedes dormir? 一La voz de Horacio me asustó, haciendo que diera un pequeño salto y me llevara la mano al pecho, mirándolo jadeando.
一Coño, Horacio, no me asustes así. 一Él rio en respuesta y se acercó a mí, poniéndose de puntillas para darme un pequeño beso en la mejilla.
一Perdón, ruso, sé que no debería asustarte así, tienes una edad y los infartos llaman a la puerta 一bromeó y yo bufé en respuesta, antes de que pudiera decir nada el microondas hizo su característico sonido que avisaba de que ya estaba listo, Horacio lo miró y luego a mí一. ¿Noche de insomnio?
一Sí, perdón, no quería despertarte 一dije yo abriendo la puerta del microondas para sacar con cuidado la humeante taza.
一No, me he despertado al notar que no estabas, ¿qué pasa? 一Yo no sabía si decirle lo que pasaba, tampoco es que fuera algo malo y no tenía porque ocultarlo.
一Hoy es el aniversario de la muerte de mi hermana, normalmente no puedo conciliar el sueño esta noche 一expliqué con una pequeña sonrisa, dejando la taza sobre la encimera para que se enfriara un poco y pudiera tomarla sin quemarme.
一¿Y qué sueles hacer en estas noches? 一preguntó él ladeando la cabeza, curioso.
一Solo..., pensar.
一De acuerdo, pues hagámoslo juntos 一propuso con una sonrisa.
Horacio volvió al cuarto conmigo y, aunque bosteza de vez en cuando, se quedó despierto a mi lado, me escuchó hablar de Aleksandra, de Nikolai, de lo que sentí cuando se fue, le dije cosas que nadie más sabía, le hablé de las noches borracho, de la miseria, de la desolación, de mis nuevas dudas, le hablé de como no sabía si Aleksandra estaría orgullosa de mí.
一Yo creo que sí, que está orgullosa de ti, tal vez no hayas hecho las cosas bien antes pero eso está bien, somos humanos a fin de cuentas y nos equivocamos 一comentó Horacio, acariciando mi mano con sus dedos一, lo importante es que has aprendido de ello y has cambiado y ahora ya no ves la vida como antes, incluso te estás dando la oportunidad de amar y de ser feliz.
Y podía que fuera por sus dulces palabras o por el peso que me había quitado de encima por hablar de ese tema, o simplemente por la compañía que él me hacía, ya no estaba solo en esa noche tan larga pero antes de que me diera cuenta y tras dejar la taza vacía en la mesita de noche me dormí, después de años de mantenerme despierto esta noche tan importante simplemente me dormí, dormí con la sensación de que sí, que Aleksandra estaría feliz de verme desde donde sea que esté, de que estaría orgullosa de haber podido con todo lo que la vida me puso y aun así haber encontrado un pequeño pedazo de cielo capaz de hacerme feliz, porque eso era lo que era Horacio para mí, un pedazo de cielo, a veces podía estar tormentoso, otras soleado, otras nublado y otras estrellado, así era Horacio, cambiante, pero algo que no podía dejar de mirar y que fuera como fuera, me daba una calma que hacía años necesitaba y hacía años que me había obligado a ignorar.
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A ver, siento que este capítulo es importante para que conozcáis a Volkov, el Volkov que yo he creado y que puede que sea igual en algunas cosas al original y en otras diferentes pero bueno, espero que os guste porque me parece un capítulo muy intimo donde se ven dudas que creo que el Volkov real también podría tener en una noche como esa...
En fin, nos vemos en el siguiente capítulo ✨(っ◔︣◡◔᷅)っc(◕︣◡◕᷅c)✨
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Back to you ~Volkacio~
ФанфикLos payasos habían secuestrado a Horacio y Volkov solo tenía una oportunidad para salvarlo pero ¿cómo hacerlo cuando para Horacio que él viviera era más importante que su propia vida? Volkov despierta sobresaltado en un sitio familiar pero lejano en...