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Habían transcurrido unos días.
Días en los cuales Jeon se encontraba más agitado de lo habitual, lo cual desconcertaba a cualquiera que se acercara a hablar o tratar con él.
Su cabeza dolía al recordar el beso que Kim le había dado. La adrenalina del momento consumía sus pensamientos, aquel encuentro de labios que solo servía para confirmar los sentimientos de ojeriza.
Estaba enojado en extremo, ya que no solo había besado a alguien que no era su prometida, sino a un joven que lo detestaba en gran medida.
Durante la semana, el castaño había intentado acercarse en numerosas ocasiones para hablar sobre lo sucedido en el vestuario, pero Jeon simplemente lo ignoraba y pasaba de largo ante la disculpa que Taehyung quería presentar.
—¿Está de acuerdo entonces, doctor Jeon? —La voz de la mujer lo sacó de sus pensamientos.
Todos los presentes tenían sus ojos fijos en el cirujano, esperando una respuesta de su parte.
Se encontraba en una junta matutina entre sus colegas y la administración del hospital, convocada de último momento para una reunión rápida.
—Disculpen, estaba pensando en otra cosa —carraspeó y se acomodó en la silla—. Por favor, repita lo que dijo.
La presidenta Chang suspiró y se dirigió nuevamente al hombre—. Le estaba diciendo que la llegada de los residentes está dando resultados y la división está aumentando un dos punto cinco por ciento. Lo cual indica que el proyecto de aprobación es efectivo. Por lo tanto, le preguntamos si está de acuerdo con su permanencia aquí.
Jungkook se tomó un momento para recoger sus pensamientos—. Grato es saber que su llegada ha tenido resultados positivos en cuanto al aumento del fraccionamiento. Aunque, en su mayoría, han demostrado ser capaces de seguir órdenes y no parecen ser tan inútiles en sus tareas como aparentan serlo. —El tono de Jeon reflejaba una evaluación franca y objetiva de la situación, reconociendo tanto las limitaciones como las habilidades de los residentes.
—¿Eso quiere decir entonces que está satisfecho con todo esto? —Curioseó la mujer.
—En absoluto. No puedo negar que tener algo es mejor que no tener nada. Pero sería un eufemismo decir que estoy satisfecho con su desempeño. Tampoco puedo evitar preguntarme si realmente vale la pena y si su permanencia aquí contribuye de manera significativa al progreso de nuestra institución médica.
La mujer quedó en silencio por un momento, sorprendida por la contundencia de la respuesta de Jeon.
—Desde mi punto de vista y valiéndome por las estadísticas que presenta la administración, sí hay una gran controversia y mayor cambio desde la llegada —se interpuso el director Kim—. Me va a disculpar, doctor Jeon, pero no estoy a favor de sus palabras porque yo sí veo progreso con este proyecto.
El ébano rodó los ojos, a veces olvidaba que Namjoon era bastante amante de la justicia.
—Hasta el momento, estos jóvenes han demostrado una gran valía y un esfuerzo notable en su participación en los casos que se presentan a diario. Si me permiten opinar, todos ellos son geniales y genuinamente talentosos —intervino Jung en la conversación—, pero quiero destacar especialmente al residente Kim Taehyung. Su capacidad cognitiva es realmente impresionante y algo que sinceramente nunca había presenciado antes.
Los médicos presentes dirigieron miradas curiosas al clínico, intrigados por las palabras del hombre.
—Tuve la oportunidad de trabajar codo a codo con este joven y es realmente admirable verlo trabajar. Su enfoque trasciende lo puramente médico o crítico, va mucho más allá de eso. Es capaz de analizar cada situación desde múltiples perspectivas, desglosando cada detalle con una precisión sorprendente. Su capacidad para conectar los puntos y encontrar soluciones innovadoras es verdaderamente excepcional. Además, su intuición clínica es asombrosa; parece tener un instinto natural para identificar patrones y diagnosticar casos complejos. —Hoseok elogió a Taehyung con un tono de admiración, transmitiendo su genuina impresión sobre las habilidades cognitivas y el enfoque único del residente.
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Heal me | KookTae
Teen FictionLa frenética sala de urgencias del K-Seoul Hospital recibía sin descanso una ola de pacientes con dolencias de todo tipo, desde el más insignificante hasta el más grave. Jeon Jungkook, un ascendente cirujano general, formaba parte de la vorágine dia...