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[...]

-Ah, Jimin me pidió invitarte hoy a cenar en un restaurante de mariscos que vimos la otra vez. Según él, la paella y el sushi que preparan son muy deliciosos. -Mencionó el peligisáceo tras la línea telefónica.

-Suena un buen plan, pero hoy tengo que trabajar hasta tarde -habló bajito el médico en lo que se acomodaba en el asiento del bus.

-Uhm, una lástima, entonces tendremos que ver otro día para salir -inspiró suavemente-. Te dejo entonces, yo también debo trabajar, cuídate, mocoso.

Kim sonrió tras la línea, despidiéndose de su hyung, finalizando la llamada así.

El autobús se desplazaba con la monotonía propia del transporte público, conduciendo a sus ocupantes a través del laberíntico entramado urbano de Seúl.

Taehyung, contemplaba el paisaje exterior desde su asiento junto a la ventana. De pronto, su atención se vio capturada por un jovencito de aspecto frágil que se sujetaba con rigidez a la barra de seguridad, su rostro denotaba una palidez que lo hizo analizarlo un poco de más y se encontraba perlado en sudor. Una punzada de inquietud se apoderó del corazón del joven galeno.

El pelinegro de corta cabellera luchaba por respirar, sus dedos, blancos por la presión, se aferraban a la barra como si de ella dependiera su vida. La angustia que emanaba de él era tangible, una mezcla de pavor y desesperanza que el moreno, curtido en la observación clínica, supo identificar al instante. El chico se encontraba al borde del colapso, y él no podía permitir que se desplomara en medio del vehículo.

Con la premura que la situación ameritaba, se levantó de su asiento y se aproximó al muchacho, logrando atraparlo entre sus brazos, logrando que los demás pasajeros observaran la escena curiosamente.

-Disculpa -preguntó con voz serena-, ¿te encuentras bien? Estás demasiado pálido.

El menor no articuló palabra, se limitó a cerrar los ojos con fuerza, en un intento desesperado por mantener el equilibrio. Sin vacilar, lo ayudó a sentarse en el lugar que anteriormente le pertenecía, tratando de estabilizarlo del mareo que pareció agasajarlo.

-Permíteme ayudarte -dijo con afabilidad.

Con sumo cuidado, lo examinó rápidamente con los ojos, buscando algún síntoma en particular para un rápido diagnóstico. Se alarmó cuando había empezado a jadear, permaneciendo con los ojos aún cerrados. Su preocupación se intensificaba a cada segundo. Aquel chico necesitaba atención médica inmediata.

-N-no me siento nada bien -lo escuchó hablar en un hilo de voz.

-Soy médico, voy a ayudarte -anunció con voz firme-. ¿Puedes describir lo que sientes?

El joven no pudo responder, solo señaló su vientre y el castaño notó el temblor en sus piernas, junto a la mancha rojiza que se iba formando en la zona pélvica, de su pantalón verde militar.

Sus brazos fueron al sitio molesto, sujetándose el vientre, soltando un alarido de dolor, varias personas viéndose espantadas por el suceso.

Taehyung suspiró profundamente, antes de levantarse y prácticamente correr hacia el área del chófer.

-Disculpe, señor conductor, por favor, necesito que me acerque al K-Seoul lo más pronto que pueda. Tenemos una emergencia médica aquí dentro.

Heal me | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora