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Suspirando profundamente, Taehyung percibió un peso sobre él, acompañado de la sensación de una pequeña lengua áspera lamiendo sus mejillas.
Gruñendo, Taehyung abrió los ojos con incomodidad, dispuesto a reprender a su pequeño... ¿Gato?
Parpadeó un par de veces para adaptarse a la luz que se filtraba a través de los cristales de la ventana. Se movió suavemente en la cama, apartando al diminuto gato que ronroneaba de forma audible.
Observó detenidamente la habitación, sorprendido por el lugar donde amaneció. Se examinó a sí mismo y descubrió que estaba completamente desnudo bajo las sábanas de un blanco marfil.
Sus ojos se abrieron de par en par al recordar los eventos de la noche anterior.
—Oh, maldita mierda. —Exclamó, volviéndose a echar en la cama y cubriéndose la cara con frustración.
Sí, había follado con Bogum.
Quiso dejarse llevar por la desesperación y las quejas, ya que eso era lo último que deseaba. Sin embargo, se había dejado llevar por sus impulsos después de una larga y apasionada sesión de besos con el paramédico la noche anterior.
—Eres un estúpido, Kim —murmuró con enojo mientras pateaba el aire de la colcha y cerraba los ojos suspirando.
En medio de su descontento, la puerta se abrió, revelando al mayor de cabello negro, quien entró con una bandeja en la mano.
—Buenos días, bello durmiente —sonrió acercándose a la cama.
El castaño levantó la cabeza, tragando saliva al notar la apariencia del individuo en cuestión.
No mentía, el chico estaba bueno. Al llevar solo unos pantalones de chándal, dejaba al descubierto todo el trabajo físico que —aparentemente—, había honrado su trabajado torso.
—H-hola —saludó tímidamente mientras se sentaba, llevándose consigo la cobertura de la cama para taparse y doblar las piernas al pecho.
Su acompañante dejó la charola sobre la cama en medio de ellos, hallándose una taza con un humeante y espumoso chocolate, galletas de avena y un bowl unos gajos de naranja y pera.
—¿Te sientes bien? Tengo pastillas para el dolor de espalda si gustas —señaló con empatía al notar las muecas que realizaba el chico.
—N-no es necesario, estoy bien. Los dolores son normales —acotó mientras agarraba una de las galletas para comerla.
Park lo miró de reojo mientras bebía de su taza de café. Kim lucía adorable comiendo, sus mofletes hinchados del alimento.
Exhaló mientras se acercaba a depositarle un beso casto en los labios, tomándolo por sorpresa —nuevamente— en el tiempo que llevaban juntos.
—Me debo preparar, mi turno comienza en una hora —dejó una caricia superficial, recibiendo asentimiento por parte del castaño seguidamente—. Por cierto, revisa tu celular, ha sonado por un buen rato desde que desperté.
Taehyung arrugó las cejas y agradeció, viéndole desaparecer por la puerta del baño.
Se estiró sobre la cama, encontrando su celular en la mesa de noche. Lo prendió y halló muchas llamadas perdidas de Yoongi, algunos mensajes preguntando por su paradero, otros de sus amigos y también de su jefe.
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Heal me | KookTae
Teen FictionLa frenética sala de urgencias del K-Seoul Hospital recibía sin descanso una ola de pacientes con dolencias de todo tipo, desde el más insignificante hasta el más grave. Jeon Jungkook, un ascendente cirujano general, formaba parte de la vorágine dia...