Sus falanges se movilizaron sobre la camisa para empezar a abrirla, revelando su duro torso de lavadero, marcado y jugoso como la última vez que le echó un ojo.
Las manos de Jeon estaban inmóviles a un costado, no sabiendo bien qué debía hacer al respecto, o si al menos tenía que hacer algo.
Mordió su labio cuando vió que su cinturón fue abierto, al igual que su cremallera ser bajada, ropa interior oscura visualizando en el interior.
El residente apartó la tela, sacando así el duro y viril miembro que se mostraba orgullosamente parado ante ambos sujetos.
Se relamió los labios con deleite, llevando su diestra para empezar a bombear con lentitud la carne palpitante entre su puño.
Alzó la vista para ser partícipe de las muecas eróticas que adornaba el rostro del hombre que —a su parecer— estaba disfrutándolo.
—D-deja de jugar y hazlo debidamente... ¿o hasta eso no sabes hacer bien? —lo desafío sonriendo engreído.
Riendo, le dió una lamida al glande, seguido de apretar la base sacándole un gemido ahogado, oscilando entre rápido y lento de los movimientos.
Taehyung sonrió traviesamente al notar la desesperación en los ojos del cirujano. Disfrutaba del poder que tenía sobre él, sabiendo que su toque podía llevarlo al borde de la locura.
Alejó su mano del miembro, seguidamente deslizó sus dedos suavemente sobre la piel expuesta de Jungkook, burlándose y provocándolo.
Deliberadamente evitaba los lugares que ansiaban su tacto, haciendo que Jeon se retorciera y suplicara tácitamente por más. Se regocijaba en el tormento delicioso, disfrutando de cómo la frustración del mayor crecía con cada momento que pasaba.
Se acercó, su aliento cálido rozando el oído de Jungkook, enviando escalofríos por su espalda—. ¿Lo deseas tanto, verdad? —susurró seductoramente, su voz cargada de regocijo malévolo—. Pero tendrás que ganártelo.
El cuerpo de Jungkook temblaba de anticipación, su mente consumida por un hambre que desconocía totalmente hasta ese momento. Quedó anhelante y deseoso de ese esperado toque, desesperado por sentir la conexión electrificante una vez más.
—S-solo hazlo de una maldita vez, joder —gruñó con entrecejo arrugado y la frente sudada.
Otra risa brotó de su garganta desesperando más al ébano—: ¿Cuánto lo deseas? —bromeó, saboreando cada sonido desesperado que escapaba de los labios contrarios. La anticipación los volvía locos y Kim no estaba dispuesto a ceder fácilmente.
La tensión en la habitación se volvía sofocante mientras Jeon luchaba por contener la oleada de sensaciones que lo embargaba. Cada palabra y gestos de Taehyung parecían diseñados para mantenerlo en un estado de desesperación y anhelo. El juego de seducción al que eran partícipes, los envolvía en una danza peligrosa, donde las miradas y las palabras eran armas que amenazaban con desatar una explosión de pasión.
El joven médico, con una sonrisa pícara en el rostro, disfrutaba de su poder sobre el mayor. Sabía exactamente cómo hacerlo arder de deseo, cómo sumergirlo en un abismo de ansias incontrolables. Cada vez que el hombre de cabello oscuro creía estar cerca de obtener lo que tanto deseaba, Taehyung se alejaba, manteniendo intacta la distancia entre ellos.
Jungkook sentía cómo su cordura se resquebrajaba lentamente. La mente se le nublaba con imágenes y sensaciones que se entremezclaban, alimentando su deseo y su frustración. Los susurros provocativos de Kim resonaban en su cabeza, incendiando su piel y haciéndole perder la noción del tiempo y del espacio.
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Heal me | KookTae
Teen FictionLa frenética sala de urgencias del K-Seoul Hospital recibía sin descanso una ola de pacientes con dolencias de todo tipo, desde el más insignificante hasta el más grave. Jeon Jungkook, un ascendente cirujano general, formaba parte de la vorágine dia...