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El eco de los pasos apresurados y las voces preocupadas se mezclaban con el pitido constante de los monitores cardíacos, creando una cacofonía habitual en la sala de reuniones del K-Seoul. Taehyung, con el corazón latiendo a un ritmo acelerado, no por la adrenalina de la medicina de urgencias que tanto amaba, sino por la conversación inconclusa con Jungkook y la mirada inquisidora de Bogum, se adentró en la sala buscando algo de calma en la impersonalidad del caso médico que estaban a punto de discutir.
Alrededor de la imponente mesa de roble pulido, varios médicos del equipo de oncología y hematología ya estaban reunidos. Sus rostros, normalmente tranquilos y serenos, reflejaban ahora la gravedad del caso que los había convocado. Kim, aún con la respiración agitada por la carrera desde la sala de emergencias, reconoció a la doctora Lee Minhee, jefa del departamento de oncología. Su semblante, usualmente afable y cálido, estaba marcado por una profunda preocupación, sus ojos reflejando la lucha interna que la situación le generaba.
—Doctores, gracias a todos por venir —saludó la doctora Lee con un gesto cansado, su voz denotaba el agotamiento acumulado por las largas jornadas dedicadas a combatir la enfermedad que amenazaba la vida de sus pequeños pacientes—. Tenemos una situación complicada entre manos.
Taehyung tomó asiento junto a una colega del departamento de hematología. Intercambiaron un saludo cordial, pero la sonrisa que ella le ofreció no logró ocultar la tensión que ambos sentían, una mezcla de expectación y temor ante lo que se avecinaba.
—Se trata de Choi Soojin, una niña de ocho años diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda —comenzó a explicar la doctora Lee, su voz suave pero firme, mientras señalaba la pantalla que proyectaba el caso a grandes rasgos—. Anteriormente estaba recibiendo tratamiento en el hospital Infantil de Gwangju, pero fue trasladada directamente aquí, ya que en dicho hospital no contaban con el material ni los especialistas que actualmente residen en el K-Seoul. Su estado se ha deteriorado rápidamente, y el único tratamiento viable que le queda es un trasplante de médula ósea de carácter urgente.
Varios médicos asintieron en silencio, la leucemia infantil era una batalla despiadada, una prueba de resistencia tanto para los pacientes, esos pequeños guerreros que se aferraban a la vida con una tenacidad admirable, como para los médicos que luchaban a su lado, tratando de arrebatarlos de las garras de una enfermedad tan cruel e implacable. El moreno a pesar de su corta experiencia, ya había presenciado la devastación que esta enfermedad causaba en las familias. Había visto la esperanza encenderse y apagarse en los ojos de los padres, la montaña rusa emocional que suponía cada avance, cada retroceso en la batalla contra la leucemia.
—Soy especialista en el área de oncología infantil desde hace más de una década, pero esta vez, dada la complejidad del caso, he solicitado el apoyo de una colega experta en el área —continuó la doctora Lee, su tono denotaba la seriedad del caso—. Permítanme darle la bienvenida a la doctora especialista en pediatría; la doctora Kang Aejeong.
Kim sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar aquel nombre, un nombre que había resonado en sus oídos durante las últimas semanas, un nombre que estaba ligado a Jeon de una manera que lo llenaba de una mezcla de incomodidad y una extraña fascinación. Su mirada se dirigió involuntariamente hacia la puerta, donde la alta figura de la doctora Kang Aejeong se recortaba con una elegancia serena.
La pediatra, con una serenidad que contrastaba con la tensión palpable en la sala, se acercó a la mesa, su mirada recorriendo los rostros de los médicos presentes. Sus ojos, oscuros y profundos, se posaron en Taehyung por un instante, un instante que al joven residente le pareció una eternidad. La intensidad de su mirada, la frialdad que emanaba de ella, lo hizo apartar la vista, sintiéndose como un estudiante sorprendido en falta.
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Heal me | KookTae
Teen FictionLa frenética sala de urgencias del K-Seoul Hospital recibía sin descanso una ola de pacientes con dolencias de todo tipo, desde el más insignificante hasta el más grave. Jeon Jungkook, un ascendente cirujano general, formaba parte de la vorágine dia...