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[...]

La suave luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, iluminando la habitación del departamento de Taehyung. El joven parpadeó lentamente, despertando poco a poco de un sueño profundo y reparador. Se estiró perezosamente, sintiendo los músculos tensos y una dulce sensación de satisfacción en su cuerpo.

Mientras se acomodaba entre las sábanas, su mente comenzó a divagar, recordando la noche agitada que había compartido con el doctor Jeon. El recuerdo de cada roce, cada gemido y cada mirada desafiante hizo que una sonrisa juguetona se formara en los labios de Taehyung.

Apretó el agarre en sus propias piernas, recordando vívidamente la intensidad del momento. El estrés acumulado dentro de él se había liberado en ese instante, y el placer lo había consumido por completo. El gruñido potente de Jungkook resonó en su mente, erizando su piel y despertando una oleada de excitación en su cuerpo.

Y luego, el éxtasis compartido. Recordó cómo se derramó sobre su abdomen, su propia liberación uniéndose en un clímax ardiente. Sus respiraciones agitadas se entrelazaron, sin palabras necesarias para expresar la intensidad del momento.

Ambos se miraron, sus ojos cargados de una mezcla de satisfacción y curiosidad. Habían cruzado una línea, pero ninguno de los dos sabía qué significaba realmente. Era un nuevo paso, un avance o un retroceso en lo que sea que estaba pasando. No tenían certezas ni beneficios de la duda para averiguarlo.

—Mierda, estoy duro —sollozó ante la situación.

Se recostó nuevamente, su mente llena de pensamientos y emociones contradictorias. La pasión compartida había sido increíblemente poderosa, pero también había abierto un abismo de incertidumbre.

Se preguntaba qué significaba todo esto, si podrían seguir adelante o si debían retroceder y mantener las cosas como estaban. Pero una cosa era segura: no podía ignorar las ganas que ambos se tenían y la tensión entre ellos.

Suspirando, miró la hora en el reloj de la cabecera notando que son un poco más de las ocho de la mañana. Hoy entraría un poco más tarde, por lo que no estaba apurado como días anteriores.


Alzando las sábanas, notó la orgullosa erección mañanera que se montaba como tienda de campaña bajo sus pantalones de chándal.

Negando levemente, se paró dispuesto a tomar un baño y bajar la calentura, eso, hasta jadear por el dolor de cadera que tenía. Las consecuencias de sus actos estaban pasándole factura efectivamente deducible.

[...]

—¡Pero hyung! Te había dicho que la compra del mes te tocaba a ti, y no trajiste pan —rezongó el castaño mientras se rascaba la cabeza.

—Deja de quejarte y ve a buscar el bendito pan. No está tan lejos, idiota —resopló el peligrisáceo mientras terminaba de ponerse los zapatos—. En mi bolso hay dinero, tómalo y ve.

El menor suspiró, buscó los billetes dentro del bolso y se dirigió hacia la entrada para ponerse los zapatos, donde el mayor ya estaba saliendo hacia el trabajo.

—Lo siento, ¿está bien? —se disculpó mientras abría la puerta—. Se me pasó por estar muy ocupado, igual que tú.

Kim restó importancia al asunto, pero le hizo saber que la próxima vez hiciera una lista como cualquier persona pensante y no tomara las cosas al azar.

Ambos se separaron en direcciones opuestas, Taehyung aún quejándose por lo ocurrido durante el camino, pateando una piedra mientras maldecía a Yoongi por su descuido.

Heal me | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora