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—¡No me lo van a creer! —exclamó contento el alto castaño, ingresando con un paquete en manos. Sus compañeros residentes se giraron a verle, ya que había llamado gradualmente la atención de los mismos dentro del sitio. Algunos se acercaron con curiosidad para ver qué traía consigo.
—¿Qué traes ahí? —inquirió Minseok, acercándose al susodicho hasta una mesa donde estaban sentados los demás. El pelirrojo sonrió y dejó el paquete sobre la mesa, invitando a los demás a que se acercaran a inspeccionar su contenido.
—Oh, mi hermana me mandó unos regalos desde California —explicó, la mayoría de los presentes acercándose para ver lo que había dentro—. Mis abuelos regresaron de Irlanda para las fechas patrias, y como no estuve, me mandaron obsequios -concluyó feliz, notándose la emoción en su voz.
—Deja de presumir y ya ábrelo, hombre —hincó Haneul, haciendo reír a todos por su impaciencia. Ethan bufó, antes de romper de a poco el gran paquete, sacando varias golosinas, comida enlatada y una botella de auténtico vino irlandés.
—Uff, miren eso —silbó Taehyung, tomando la botella con cuidado para analizarla más de cerca—. Oh, es Móinéir. Una marca de vinos buenísima, ¡y encima te mandaron el de fresa! —jadeó sorprendido, admirando el etiquetado de la botella.
—Al parecer sabes mucho de vinos, Taehyung-ssi —dijo Ethan, tomando de vuelta la botella y guardándola antes de que alguien note que tenían alcohol dentro del hospital.
—Puede ser. Me encanta el vino, especialmente los que son de uvas cosechadas e importadas de Carolina del Norte y de Mendoza —se cruzó de brazos, sonriendo con orgullo.
—¡Oh! ¿Eres algún tipo de catador de vinos o algo así? —curioseó Haneul sonriente.
El castaño rió ante su entusiasmo—. No pero, tengo un tío que se la pasa viajando y trae un ejemplar de cada lugar a donde va.
Los residentes asintieron sorprendidos ante su comentario, intrigados por saber más sobre los conocimientos enológicos de su compañero.
—¿Se puede saber qué demonios están haciendo aquí parados como idiotas? —espetó Jeon de repente en la sala. Su voz resonando con molestia. La mirada fulminante que les lanzó bastó para que todos se sobresaltaran y se volvieran hacia él—. Muevan sus miserables traseros y pónganse a trabajar. Esto es un hospital, no el club del chisme, novatos.
Sus palabras, cargadas de una rabia contenida, hicieron que la atmósfera se enfriara. La dureza en su rostro y la intensidad en su tono no dejaban lugar a dudas de que estaba furioso. Nadie se atrevió a replicar, disculpándose en un murmullo antes de apresurarse a sus puestos.
El moreno suspiró ante la situación. Ya estaba acostumbrándose a el trato despectivo de Jungkook, al fin y al cabo él era el jefe y siempre sería así al parecer.
—Residente Kim —lo llamó, haciendo que sus pasos se detuvieran y se volviera hacia el mayor quien revisaba unos papeles con atención. Jungkook levantó la vista para encarar a su residente, con una expresión seria en su rostro—. ¿Ya están los resultados de la biopsia que pedí la noche de la cirugía? Necesito revisarlos cuanto antes para poder tomar las medidas adecuadas con el paciente.
Taehyung asintió brevemente, pasando sus brazos detrás de su espalda y juntando sus manos en un gesto de profesionalismo—. Sí, doctor, ya se la envié a su oficina. Pueden encontrarse allí los resultados que solicitó.
—Bien —respondió Jungkook, volviendo a mirar los papeles que tenía en sus manos—. ¿Qué hay sobre la mujer con apendicitis del cubículo 3-B?
—La paciente se encuentra estable y fue dada de alta esta misma mañana —informó con prontitud.
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Heal me | KookTae
Teen FictionLa frenética sala de urgencias del K-Seoul Hospital recibía sin descanso una ola de pacientes con dolencias de todo tipo, desde el más insignificante hasta el más grave. Jeon Jungkook, un ascendente cirujano general, formaba parte de la vorágine dia...