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Golpeó sonoramente la puerta de madera esperando ser audible para el jefe de residencia.

Al escuchar un "Adelante" amortiguado, Kim se encontró en primera plana con el hombre apoyado contra el escritorio, con el celular en mano, y la sobrante dentro de su bata. Jungkook parecía perdido en una conversación telefónica, su tono era despreocupado y casi perezoso.

Este al hacer contacto visual con él, asintió a lo que decía a través de la línea telefónica—. De acuerdo. Lo veré dentro de unos días entonces, hasta luego. —Finalizó colgando la llamada— ¿Qué se te ofrece, Kim Taehyung? —inquirió sin mirarlo, su mirada fija en los papeles que el residente sostenía.

El moreno se acercó, dejando los archivos a un lado suyo. Jeon viró sus ojos hacia los mismos, alzando una ceja esperando una explicación. La mirada de Jungkook era fría, casi desafiante, como si estuviera esperando que Kim se pusiera a la defensiva.

—Le recuerdo que soy residente de cirugía general, no en neonatología. —Lo fulminó con una mirada seria, cruzándose de brazos. La voz del menor era firme, con un dejo de indignación, la sensación de que se le estaba jugando una mala pasada lo invadía.

El cirujano suspiró y tomó los expedientes, levantándose para ir hasta su asiento y revisarlos. Un gesto casi teatral, como si estuviera reconsiderando sus acciones.

—Un desliz mío, perdona —habló con tono juguetón, una sonrisa ladeada se dibujó en sus labios. Subió la visión hasta el chico que todavía seguía en el mismo sitio, su mirada expectante y reprobadora. La sonrisa de Jungkook era irónica, como si supiera que Taehyung no se tragaría su disculpa tan fácilmente.

Kim se acercó con pasos firmes, posando sus manos en un fuerte agarre sobre la madera del escritorio , la misma que crujió bajo sus palmas, sus fanales de miel enfocados en el rostro del doctor. La proximidad era amenazante, el ambiente se había cargado de tensión.

—¿A qué juegas? Dilo ya —susurró cerca de su rostro, su voz era un susurro amenazante.

El mayor barrió sus facciones esbozando una sutil sonrisa ladeada—. A nada, Kim. No todo lo tienes que ver con morbo, cariño. Ya te dije que solo fue un desliz de mi parte, cometer errores es de humanos también—soltó una risa que no debió sonar atractiva a sus oídos. La risa de Jungkook sonaba forzada, una burla disfrazada de sinceridad.

—¡Oh, si claro! Voy a creer que el perfecto doctor Jeon, que se cree Dios permitirá cometer errores. Ya que desde que llegué a ese hospital me ha martillado la cabeza diciéndome que no hay lugar para errores... Raro, ¿no? —miró con ojos astillantes al mayor—. No soy tonto, y tengo la certeza que usted mismo ya lo probó para verificar mi validez como profesional y ser humano. — Sus palabras brotaron ácidas, llenas de reproche, la confianza del joven se había desmoronado por completo.

El pelinegro se lamió los dientes delanteros, el moreno siguiendo el movimiento sin pasar inavertido. El gesto era calculado, casi hipnótico, una forma de mantenerlo atrapado en su juego.

—Tan astuto como siempre —rió suavemente—. Tómalo como desees, al fin y al cabo mi única responsabilidad es que cumplas tu deber, y al parecer eso es lo que llevamos haciendo desde hace unos meses. —La voz de Jungkook era suave, casi seductora, con un tono condescendiente que irritaba al muchacho.

Se separó de la proximidad de su rostro y estiró sus manos hasta la otra pila de folders que yacía a un costado.

Le entregó unos cuantos, pidiéndole que tome asiento frente a él.

—Estos son los que debía mandarte, revisalos aquí mismo para evitar otro problema —su tono había cambiado, ahora era autoritario, como si quisiera obligarle a obedecer.

Heal me | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora