CAP 3

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-¡Hermanito!

Y ahí está la reacción que esperaba. La chica, la cual fue reconocida por mis recuerdos como Elaine, se abalanzó hacia a mi para darme un fuerte abrazo. Aunque al principio dudé, algo dentro de mí hizo apreciar mucho el gesto, por lo que devolví el abrazo gustoso.

-Hola Elaine, ¿Cómo estas? -pregunté suavemente a mi ahora hermana, quien lloraba desconsoladamente en mi pecho- Ya, ya... Ya estoy aquí.

-¿Qué es todo este ruido señorita Elaine? -preguntó otra chica llegando a la escena-Rey Hada... usted está...

-Buenas Gerheade, ¿Cómo va todo? -le dije con una sonrisa- Veo que me extrañaron por aquí, siento haberme tardado.

-¡De..debo avisarle a todos! -exclamó, y antes de que pudiera decir algo, salió flotando de la habitación, sacándome un suspiro.

-Parece que nuestra pequeña calma se va a acabar en unos momentos -le dije a mi hermana, quien aun con los ojos llorosos, me miraba todavía incrédula- ¿Qué pasa? Pareciera que hayas visto un fantasma Elaine.

-Hermano, tú... moriste, ¿Cómo es que estas...? -le puse un dedo en su boca a modo de que guardase silencio.

-Tranquila, luego te lo contaré, ¿está bien? Por ahora quisiera saber, ¿Cuánto tiempo pasó desde que me fui?

-Exactamente año y medio... -me respondió algo cabizbaja, pero cambió su expresión a una sonrisa alegre- Pero ahora estás de nuevo con nosotros Arlequín, no sabes lo feliz que estoy por tenerte de vuelta hermano.

Acaricié su cabello mientras me reía por sus palabras. En el fondo me recuerda a... mi hermanito.

-Así que año y medio... pues vaya siesta que me di. Quédate tranquila Elaine, a partir de ahora volveré a ocupar mi puesto como rey de las hadas. Espero que no haya pasado nada malo en mi ausencia.

-Bueno, pues...

De la nada, escuchamos como muchas personas se ponían fuera de nuestra habitación, y al parecer, gritaban mi nombre con notable entusiasmo.

-Y aquí acaba la calma... -susurré cansado- Ven, vamos fuera.

Elaine asintió y salió junto a mi hacia el exterior de la especie de habitación en la que estábamos. Ya afuera, me quedé atónito por el número de hadas que se encontraban esperándome.

Cuando todos me vieron, se quedaron callados, como si esperaran que yo dijera algo para confirmar que en verdad no era una ilusión. Así que, tomé aire, y me dispuse a decir la frase mas inspiradora que haya podido decir en mi vida.

-Hola chicos... -dije agitando mi mano, sonriendo con nerviosismo por ver sus reacciones.

El silencio se apoderó del lugar. Un segundo, dos, tres... Iba a hablar de nuevo porque me estaba poniendo incómodo, hasta que la bomba explotó... casi literalmente.

-¡Rey Hada Harlequín! -gritaron todos al unísono, volando hacia mi dirección.

Enseguida, todos me rodearon. Pude ver como muchos lloraban, otros miraban sin creerlo, y otros sonreían alegres.

-Yo también los extrañé a todos... -les dije, dejando que una repentina alegría me invada. No lo sé, pero siento como si le tuviera un cariño especial a cada uno de los que se encuentran rodeándome- Espero que no la hayan pasado mal mientras no estuve.

La multitud casi que me comía por los abrazos, cumplidos y lloros que recibía. Estuve durante un rato saludando a todos y cada uno de las hadas presentes. No quería dejar a ninguna excluida.

-¡Abran paso, tengo que verlo yo mismo! -escuché entre la multitud a una voz que reconocí casi al instante. Sonriendo, se me ocurrió una idea algo divertida, la cual se la comenté a Elaine, quien me miró mal, pero sonrió y asintió dispuesta a seguirme el juego.

Reencarnado en King (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora