—¿C-como me veo, señor Meliodas?
—Hmmm, bien, te ves bien... —el rubio iba de aquí para allá, inspeccionando el uniforme de mesera de Elizabeth.
—¡No empieces con tus cosas pervertidas, cerdo asqueroso!
—No lo hago, cerdito. Solo quiero asegurarme que sea adecuado para ella —dijo despreocupado, aunque Hawk no le creyó— Necesitamos una figura atrayente para poder conseguir información sobre los pecados, ¿Y que mejor que una linda mesera?
—¿Li-linda?
—¡Que excusa más floja! —el cerdito le reclamó enojado— Elizabeth no le creas, es un pervertido de primera.
—Ay ajá...
—Señor Meliodas, me gustaría hacerle una pregunta —la chica le dijo, llamando la atención de los otros dos— Quisiera saber... quisiera saber que fue lo que hizo para haber sido llamado el dragón de la ira... ¿Cuál fue el pecado que cometio?
—Oh... —parecio pensarlo por unos segundos— ¡Fui por todo el reino robando la ropa interior de todas las chicas que encontraba!
—¡Idiota!
—Lo pregunto en serio... ¿Acaso es tan malo que no puede decirlo?
El rubio quito por unos segundos su sonrisa, bajando la mirada al suelo, pero antes de poder decir algo más, un fuerte movimiento debido a que la madre de Hawk se detuvo hizo casi caer a Elizabeth, pero esta fue sujetada por el ojiverde a tiempo.
—Gracias, señor Meliodas...
—Nishishi, ten más cuidado —le dijo sonriendo, ayudándola a equilibrarse— Parece que hemos llegado a Vania... ¡Mamá de Hawk, luego de bajar puedes ocultarte!
—Sigo sin entender como es que la gente no dice nada cuando ve a mi mami...
Un rato después, ya estando abajo y con la madre de Hawk escondida bajo tierra, los tres empezaron a dirigirse hasta la dichosa aldea de Vania.
—¿Sabes? Esta aldea es la mejor para recargar las reservas de alcohol. De hecho, muchas personas reconocidas vienen aquí solo para probarla. La malta que crece en las orillas del río es el principal ingrediente para su sabor tan exquisito.
—Pues... muy bonitas y exquisitas no se ven... —Hawk señaló hacía el río, y para confusión de Meliodas, este estaba seco y las plantas en la orilla igual.
—Vaya, esto si que es raro —susurro pensativo el rubio— Estos días ha llovido, así que no creo que sea una sequía.
—¿Que cree que pudo causarlo, señor Meliodas?
—No lo sé, pero no lo averiguaremos si nos quedamos parados aquí
La peliblanca asintió y siguieron su camino hacia el interior de la aldea. En esta, el movimiento y el caos era lo que más reinaba.
—¿Será algún carnaval o algo así?
—¿¡Que estás diciendo, idiota!? Estamos intentando sacar la espada que un caballero sagrado dejó enterrada. Por su culpa el agua del río ya no fluye y no podemos hacer nuestra cerveza.
—¿Un caballero sagrado molestandose por dejar a una aldea casi a la deriva? Que raro...
—Pobres personas, no se merecen esto...
Avanzaron un poco más, y allí lo vieron. En el centro de la aldea, una espada clavada en el concreto que intentaba ser sacada por los más fuertes del lugar, y sobre un pozo, dos caballeros burlándose por no poder sacarla.
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Reencarnado en King (Yaoi)
Random¿Crees en las reencarnaciones? Puede sonar una pregunta algo tabú, y más si quizás eres de una cierta religión. Para mí, la respuesta era más que obvia: Es imposible reencarnar después de morir. Sin embargo, después de vivirlo en carne propia, no c...