CAP 8 T3

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—¡Tienen solo un minuto para abandonar Vaizel, me escucharon! —grito Meliodas, levantando su dedo— ¡Si no lo hacen, los mataremos!

—Oye, Elizabeth, esos tontos revelaron su identidad... ¿Por qué? —pregunto Hawk, aunque no recibió respuesta alguna de la conmocionada princesa.

—¡No engañas a nadie niño! —dijo uno de la multitud, escéptico.

—¡No es cierto, no son iguales a los de los carteles!

—Oye, pero que tal si están hablando en serio, me dan miedo...

—¡Demonios, dije que se larguen! —elevo el tono de su voz, ocasionando que todos los presentes se sobresaltasen por ello.

—¡Miren, allá!

A lo lejos, en el cielo, se empezaron ver bolas de fuego de gran tamaño, las cuales con rapidez se acercaron hasta Vaizel, cayendo sobre los pobladores en las zonas aledañas.

—¡Contraataque! —el rubio dio un salto, colocando su espada frente a él y reflejando la bola de fuego que estaba a punto de caer sobre los que observaban el torneo— Maldición, ¿Llegaron tan pronto?

En el aire, sobre unas criaturas parecidas a mantarrayas, pudieron ver a tres caballeros, los cuales inmediatamente dieron un salto para aterrizar en el suelo.

—La armadura que porta es un tesoro sagrado —King dijo, mirando a los recién llegados con seriedad.

—Entonces, Guila debió fortalecerse después de enfrentarla en la Necrópolis, y para empeorarla ahora son tres... Sugiero dividirnos —miro a sus compañeros, quienes asintieron de acuerdo— King, tu encárgate de ayudar a evacuar, y reunete con nosotros cuando termines. Diane, tu ve a buscar tu tesoro sagrado, lo necesitaremos.

—Esta bien... —respondio el castaño no muy seguro.

—¡Si, capitán!

Y sin decir más palabras, los cuatro se separaron, tomando diferentes direcciones en el pueblo.

El hada por su parte fue a la zona más poblada, notando los destrozos tanto materiales como humanos que habían causado los caballeros sagrados.

—¡A-ayuda!

Volteo a mirar hacia donde escuchó esa voz, notando como debajo de los escombros, una pequeña manita sobresalía de estos, intentando sin éxito levantarlos.

—Mierda... —susurro, descendiendo con rapidez hasta el lugar. Estando ya allí aplicó fuerza para levantar el gran escombro, el cual luego de unos segundos cedió— Niño, oye...

—Me... Me duele... —le dijo un niño de no más de cinco años, mirando sus piernas ensangrentadas con miedo— Mi mami... Dónde está mi mami...

—Calma, ya te llevaré con tu mami... —con suavidad lo tomó entre sus brazos, intentando no herir más las piernas del pequeño niño— Lanza sagrada Chastiefol, forma dos, guardián.

La almohada se transformó en su forma de oso, y sin King decir nada, esta se alejo del lugar, empezando a ayudar a las personas heridas y a alejarlas de la zona, esto debido a que se centraria el mismo en aquel infante.

—¿Cómo te llamas? —pregunto el hada, volando junto al niño a una distancia prudente del suelo— Yo soy King, un gusto.

—M-mi nombre... —su voz le tembló, quizás por el susto o por el dolor que sentía en ese momento— Soy Kyle...

—Ya veo. Entonces Kyle, ¿Dónde viste a tu mami por última vez? Si me dices eso podría ayudarte a regresar con ella.

—Estabamos caminando por el pueblo... Luego me alejé y... —cerro sus ojos con miedo— Muchas bolas de fuego cayeron y... mi mami... N-no quiero que se muera...

Reencarnado en King (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora