—¡Atrápenme si pueden, tontos! —gritó un castaño volando mientras huía de dos personas detrás de él.
—Maldita rata, ¡ven acá! —exclamó una de las personas que la seguía, quien al igual que el castaño, volaba rápidamente.
—Vaya, Harlequín si que es rápido... —susurró la segunda persona que seguía a Harlequín. Este era un rubio que, a diferencia de los dos primeros, iba corriendo
Cómo se imaginarán, hablamos de Harlequín, Meliodas y Helbram, quienes se encontraban jugando a las atrapadas para variar, pues hacía mucho que no lo hacían.
—Me cuesta seguirlos con la mirada, ¿Tú puedes verlos hermano? —un poco lejos de la persecusión iban siguiéndolos un niño y una niña, ambos rubios, quienes miraban la demostración de velocidad de los tres con asombro.
—O-obvio que sí, hasta con los ojos cerrados puedo verlos —respondió el niño a su hermana, mirando hacia otro lado nervioso.
—Digamos que te creo, Daiki... —respondió su hermana entre risas, sonrojando al chico.
—¡Es verdad Rizette! Si fuera por mí hasta fuera a jugar con ellos, pero...
—Ya ya, te creo, te creo —dijo Rizette nerviosa por la actitud tan explosiva de su hermanito— Sigamos viendo, ¿Vale?
—Vale... Espera, ¿A dónde se fueron?
***
—¡A este paso nunca me atraparán! —exclamó Harlequín riendo, esquivando los árboles frente a él— Podría hacer esto hasta dormido.
—¡Bajaste la guardia! —De la nada Helbram apareció frente a él con el fin de atraparlo. Esto tomó desprevenido a Harlequín, pero como pudo se safó de sus brazos en el último momento.
—Oye, ¿A qué viene ese ataque tan repentino? —preguntó el castaño sorprendido.
—En la guerra y el amor todo se vale mi querido retrasado —respondió como si nada el peliverde, dando una pequeña sonrisa— Incluso las treguas por un bien mayor...
—¿Eh?
Una sombra de cabellera rubia se abalanzó rápidamente contra Harlequín para poder atraparlo. Este último, al reaccionar y querer esquivarlo, fue sujetado de brazos y piernas por unas raíces que no le permitieron moverse.
—(Con que esas tenemos, ¿Eh? —pensó el rey serio— Lanza sagrada Chastiefol, modo uno: Chastiefol.
La almohada que acompañan a Harlequín detrás de él se convirtió en su lanza, la cual rápidamente cortó aquellas raíces que lo sostenían y al mismo tiempo evitaba que el rubio lo atrapase.
—Oye, eso no es justo... —dijo Meliodas mirando su lanza— Nunca dijimos que se podían realizar ataques mágicos.
—Díselo al retrasado de aquí. —le respondio el castaño como si nada— Bueno, ¿continuamos el juego?
Ambos chicos iban a responder, pero antes de poder hacerlo, un portal de color morado se abrió frente a ellos, del cuál salió Oslo.
—Oslo, hola amigo —saludó Harlequín, acariciando al canino, quien comenzo a hacer sonidos como si se comunicara— ¿Elaine dice que ya es suficiente por hoy? Y además de eso... —el semblante del hada por un momento pasó a uno preocupado— Bueno, yo me encargaré, gracias amigo...
—¿Que sucede Harlequín? —preguntó Meliodas curioso una vez que el perro se había marchado.
—Elaine dice que vayamos a comer, y...
—Y...? —cuestionó Helbram
—Nada, ya es momento de comer, así que podríamos ir ya...
—¿Entonces vamos? —el rubio sonrió, pero el hada negó, confundiendo a ambos.
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Reencarnado en King (Yaoi)
Random¿Crees en las reencarnaciones? Puede sonar una pregunta algo tabú, y más si quizás eres de una cierta religión. Para mí, la respuesta era más que obvia: Es imposible reencarnar después de morir. Sin embargo, después de vivirlo en carne propia, no c...