La lanza Chastiefol se encontraba a milímetros del rubio, sin embargo, cuando estaba a punto de si quiera rozarlo...
-Desapareció... -susurró Harlequín serio, mirando a todos lados e intentando sentir su presencia mágica.
-Oye, Harlequín. -llamó Meliodas desde la punta de un árbol- No entiendo por qué me atacas, no he hecho nada malo...
-¿Nada malo? -preguntó irónicamente- Entraste a mi bosque sin mi permiso, pudiendo poner en riesgo la vida de las hadas que habitan aquí, ¿eso no es suficiente para ti?
-Pues... -se rascó la mejilla mirando a otro lado- no deshice la barrera para que me trates tan mal. Te puedo aceptar un golpe de castigo, pero solo eso.
-¡Ya cállate rubio! -gritó Harlequín frustrado- ¿Quieres un golpe? Está bien...
¿La razón por la que Harlequín está así de enojado? Bueno, en sí hay tres. La primera es que lo despertó de su descanso luego de haberse bañado, y no hay nada más que lo irrite que eso. La segunda es que su cuerpo aún está adolorido, por lo que le cuesta pensar con claridad, y la tercera, pues se siente impotente por haber permitido que un ser con una energía tan oscura haya entrado en el bosque, y sobre todo, haberse acercado a sus pequeños.
En el fondo Harlequín puede sentir el gran poder de aquel rubio de baja estatura, por lo que le molesta pensar que, en caso de ser una posible amenaza, no pudiera neutralizarlo.
-¡Lanza Sagrada Chastiefol, forma dos: Guardian!
La lanza de Harlequín comenzó a girar, transformándose en un gran oso de color verde. Esto tomó desprevenido a Meliodas, y en consecuencia se llevó un buen golpe que lo mandó a volar lejos de ahí.
-Ahí tienes tu golpe... -susurró Harlequín serio, respirando algo agitado debido a no haber descansado su poder-
-¿Sabes? Hace tiempo conocí a un tipo como tú -Meliodas regresó de un salto al lugar, haciendo molestar más al rey- La verdad es que sus habilidades son muy parecidas, y eso me trae cierta nostalgia.
-No me interesan tus historias, rubio -escupió con odio- Mira, podríamos evitar una pelea... Solo vete, ¿está bien? Dejaré que te marches de aquí, solo si prometes no volver...
-No puedo hacer eso. -dijo contundentemente, cruzando los brazos como niño pequeño- Ya te lo dije, necesito que me respondas unas preguntas.
-¡No te voy a responder nada pedazo de terco! No entiendo por qué tanta insistencia en eso, ¿no puedes irte? Regresa en setenta años si quieres, ahí tal vez pueda atenderte.
-Mi insistencia es justificada... -hizo una pequeña pausa- Tengo mucho interés en ti, Harlequín.
-(¿Dijo que tiene interés en mí?) -se preguntó Harlequín mirando a Meliodas con una ceja levantada- Mira rubio, si es por eso, no estoy interesado. Tengo obligaciones y no voy a dejarlas solo porque un enano llegue a decirme que le intereso.
Meliodas abrió los ojos sorprendido por sus palabras, tal parecía que las había mal interpretado.
-No me refería a eso... -se removió el cabello algo ansioso- Y si hablamos de enanos, tú lo eres más que yo, Harlequín.
-Oh, cállate ya, estúpido... ¡Forma cinco: Incremento!
Meliodas se preparó para el nuevo ataque. Al mencionar su ataque, la lanza se tranformó en miles de cuchillas que lo rodearon.
-¿Es que eres tonto? -susurró Meliodas cansado, mirando al rey, quien respiraba de manera agitada- Oye... ¿estás bien?
-¡Qué te importa! -sin previo aviso, envió las cuchillas hacia Meliodas, quien al ver esto, solo optó por esquivarlas sin mucho esfuerzo- Maldito rubio...
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Reencarnado en King (Yaoi)
Random¿Crees en las reencarnaciones? Puede sonar una pregunta algo tabú, y más si quizás eres de una cierta religión. Para mí, la respuesta era más que obvia: Es imposible reencarnar después de morir. Sin embargo, después de vivirlo en carne propia, no c...