CAP 6 T3

2.7K 271 77
                                    

Nueva mañana, y luego de haberse dado una ducha tanto el rubio como el castaño se dirigieron hasta una de las mesas de la taberna, donde vieron a Ban, Elizabeth y a Hawk conversando.

Al momento de que los notaron llegar, no pudieron evitar sentir la mirada de dos de los tres presentes, quienes casi que parecían juzgarlos.

—¿Y bien?

—¿De que hablas, zorro? —Meliodas pregunto confundido— Ni los buenos días dan ahora, que pesimos modales.

—Bu-buenos días señor Harlequin y señor Meliodas... —Elizabeth hablo, sacando una sonrisa de ambos, quienes le devolvieron el saludo con alegría.

—Buenos días, Elizabeth —el hada saludó sonriendo.

—¿Cómo que de que hablo? ¿Quieres que te recuerde que las habitaciones están cerca entre si y que es fácil oírlo todo? —pregunto con el ceño fruncido, aunque sin quitar su sonrisa de burla.

—Yo anoche no pude dormir hasta que se quedaron callados... —susurro el cerdito dando un bostezo.

—¿De que me perdí? Yo si pude dormir bien... —pregunto la peliblanca confundida, algo absorta de la conversación— ¿Ocurrió algo?

—Que te lo diga ese par —señalo a los novios, quienes se quedaron en silencio, mirando al más alto con enojo, o al menos el castaño— A la próxima vayan a un callejón o a un bosque, al menos allí los animales no les dirán nada. Incluso un callejón estaría bien.

—Mejor cállate, zorro idiota —le dijo King con una vena en su cabeza, y un leve sonrojo en sus mejillas.

—Estos celos me hacen daño me enloquecen... —el rubio lo miró burlón, ganándose una mirada retadora del peliplata.

—¿Yo celoso? Ja, ya quisieras capitán.

—Señor Harlequin ¿De que hablan? —le susurro la princesa al ojimiel, quien levantó sus hombros sin querer dar muchos detalles— Está.. está bien... ¿Quisiera desayunar ya?

—Pues ahora que lo mencionas, si tengo hambre... Voy a ver si me preparo algo para mí y el idiota, que si él cocina morimos todos aquí —ignorando el hecho de que en una esquina su novio y Ban estaban teniendo una discusión sobre pechos, caderas, y cosas pervertidas, y de que Hawk se marchó a dormir, se dirigió a la cocina para hacer el desayuno, aunque al sentir como la ojiazul lo seguia lo hizo mirar atrás— Elizabeth... ¿Necesitas algo?

—Puedo... ¿Puedo ayudarlo? Después de todo me siento en gratitud con usted por haberme salvado el día de ayer, y aunque no habrá gracias suficiente, es algo que me gustaría hacer... —pidio con timidez, lo que hizo sonreír al chico con ternura.

—Claro que puedes, de hecho tu ayuda me vendría de perlas.

Con felicidad la fémina se acercó hasta el más bajo, y comenzaron a sacar ingredientes para cocinar.

—¿Pastel de manzanas para desayunar? —se pregunto por lo bajo— ¿Te gustaría, Elizabeth?

—Pensaba que sería solo para usted y el señor Meliodas...

—Por favor, no podría dejarte sin comer a ti también ¿Que clase de ma...? —se detuvo al darse cuenta de lo que estaba a punto de decir— ¿Que clase de amigo sería si solo como yo? No pensaba que tuvieras esa imagen tan egoísta de mi.

—¡N-no! Es solo que... —se quedó en silencio unos segundos pensando en cómo defenderse, cosa que hizo reír a King, quien acaricio su cabello con suavidad.

—Tranquila, lo decía de broma... Se que no querías decir eso.

—Es que... De todas maneras no podría pensar eso. El señor Meliodas ha hablado muy bien de usted en todo el tiempo que lo he conocido... —sin poder evitarlo bajo la mirada, no queriendo que el castaño notase su semblante triste— Y... Creo que tiene razón. Usted es una muy buena persona, y aunque no lo conozco bien, se que es verdad.

Reencarnado en King (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora