CAP 3 T3

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—¿Cómo que el capitán se desmayo? —pregunto Diane preocupada, mirando a Elizabeth por la ventana.

—Despues de irse a su cuarto escuché como cayó al suelo, y cuando fui a ver... estaba desmayado. Parecía que estuvo llorando... —susurro la de pelo blanco triste— Ahora mismo está en su cama recostado, pero lo mejor es que en la aldea de Dalmary lo revise un médico.

—¿Ese cerdo llorando? Ja, en mi vida lo he visto llorar, es imposible —Hawk dijo riendo, pero al ver la cara de Diane se detuvo— ¿Cierto?

—El capitán es... despreocupado, muy despreocupado, pero cuando se trata de King él es otra persona por completo... —les dijo recordando— De hecho, a mí me gustaba el capitán, pero con el tiempo me di cuenta que nunca me vería más allá de una amiga, y lo acepté. Él y King tienen una historia bastante larga, aunque no suelen hablar mucho de eso así que no tengo todos los detalles. Lo que si se es que se aman más que nadie, y a veces me cuesta entenderlo, pero está bien.

—Entonces... El señor Meliodas y el señor King son...

—Sip, son novios, aunque no se cómo lleven su relación después de diez años sin verse... Sin duda la idea de que King este muerto lo afectó, y creo que eso debilitó mucho más al capitán.

—No lo sabía... —la princesa miró al suelo, sintiendo un leve dolor en su pecho por las palabras de la gigante.

—Por ahora hay que dejarlo descansar, y cuando lleguemos a la siguiente aldea podrás ir a buscar un médico para que lo revise. No te preocupes que el capitán es muy fuerte y no morirá con algo tan simple —intento animar a la chica, quien se notaba decaída.

—S-si... Voy... Voy al baño...

La gigante asintió, alejándose de la ventana y volviendo a mirar hacia el frente. Por su parte, Hawk fue al cuarto de Meliodas para vigilar que no presentara ningun empeoramiento en su estado.

Y en cuanto a Elizabeth.

—Ellos... Ellos son novios... —susurro entrando al baño y mirándose al espejo— ¿Por qué estoy llorando? ¿Por... Por qué duele tanto?

Las lágrimas no paraban de caer de su rostro, y ni si quiera podía controlarse.

No lo entendía, ya que aunque no conocía casi de nada al pecado rubio, la idea de pensar que él y otra persona son pareja le lastimaba sobremanera.

—Controlate Elizabeth... Tu eres una princesa, no puedes mostrar debilidades y sentimentalismos... -se dijo a si misma— ¿Que me diría mi maestro ahora mismo...? Si me viera así... No lo recuerdo, pero se que me intentaría animar... Me diría que llorar está bien...

Sollozo unos minutos más, en los cuales recordando las pocas cosas que tenía de su maestro pudo tranquilizarse. Una vez hecho, se miró de nuevo al espejo, notando sus ojos algo rojos por llorar.

—Ahora el señor Meliodas me necesita, no tengo que preocuparme por mis sentimientos... —dijo decidida, saliendo del baño, no sin antes dar un pequeño suspiro para relajarse.

Después de un rato en el que la madre de Hawk estuvo caminando junto a Diane, finalmente se vio a lo lejos la silueta de un pueblo, el cual suponían que era Dalmary.

—Elizabeth, ya casi llegamos —aviso Diane a la chica, buscándola por la taberna— ¿Elizabeth?

—Lo siento, estaba limpiando algunas jarras que el señor Meliodas dejo sucias —respondio saliendo de la cocina— ¿Que me dijo, señorita Diane?

—Dije que ya estamos a punto de llegar. Supongo que la señora cerdito se quedará bajo tierra mientras vamos a buscar al doctor para el capitán.

—Asi es, cuando estemos en un buen lugar le diré que se detenga y se oculte.

Reencarnado en King (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora