Segundo tiempo - Parte 7

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Su calidez era algo que me estaba dejando sin aliento. No hizo ningún intento por tocarme, ni por acercarse más allá de lo cotidiano. Se iluminaban sus ojos cada vez que salía del probador con nuevas prendas en mi cuerpo, algunas sugerencias de él mismo. No puedo negar que tiene buen gusto para vestir y combinar, tal vez no sea mi estilo, el estilo de un omega, pero tenía idea de cómo resaltar mis curvas, como si hubiese estudiado mi cuerpo durante mucho tiempo.

Lleno de compras, me detuve abruptamente a dos pasos antes de una nueva tienda. Él giró sobre sus pies y me interrogó mi quietud, a lo que solo pude formular una frase: -¿de dónde mierda sacas tanto dinero?-. Y fue como una avalancha de memorias oscuras que iniciaron el temblor en mi cuerpo. Asustado se acercó, mis manos no se detenían, a tal punto que las bolsas cayeron al suelo a la par que mis lágrimas brotaban sin control. Solo opté por hincarme sobre mi mismo, taparme el rostro y llorar en silencio.

-No te preocupes omega... Es dinero limpio... Mi esfuerzo y mi trabajo diario... Te contaré todo sobre mi... No tengo nada que ocultar-, susurraba en mi oído mientras me envolvía con su cuerpo. Tanta cercanía que podía escuchar sus latidos y junto a su aroma, que esparcía con delicadeza, sentía la calma llegar a mi, mi mente se limpiaba paulatinamente. Si quisiera probar una nueva droga, desearía que cada día sea su aroma y la suavidad de su pálida piel. ¡Maldita sea! Por qué tiene que ser mi predestinado... me odio por ser un débil omega.

Camino a casa me quedé dormido en el asiento del copiloto, mientras lo veía manejar. Tan varonil, tan deseable ante los ojos de cualquiera. Su mirada seria, su brazos tensos, su cabello al viento...

Me desperté de una sola sentada en la cama, desconocida, en sí, todo el espacio. Me asusté hasta que sentí sutilmente la tierra mojada y menta en la frazada que me cubría. Avergonzado salí, pues recordé todo lo ocurrido en el centro comercial y mi rostro se ruborizó. Él estaba en la cocina preparando la cena, olía delicioso. Me vio de reojo y sonrió ligeramente. -Espero que te guste el arroz frito con kimchi y la sopa de cerdo-, acotó... -ya el invierno se siente...-, yo solo asentí sonreído aunque ya no me miraba.

-Puedes quedarte en el cuarto de la derecha, lo utilizo muy pocas veces como estudio cuando el trabajo se me abarrota y me da bloqueos. Está todo limpio, siempre lo tengo listo, aunque NamJoon ya no viva conmigo-. ¿Quién? ¿Su ex? ¿Por qué lo nombra? O solo... alguien, pero por qué estoy pensando en esto, empezando mi batalla mental. -Es mi socio, ambos hacemos música para otras personas. Así consigo el dinero, soy productor-, mientras agachaba su rostro de lado para encontrar el mio al otro extremo de la mesa, ya que se había dado cuenta de mi conflicto. Solo pude cerrar el tema con un simple "bien..."

No podía dormir. Tenía miedo de despertar con el alfa encima mio tocándome indebidamente. a final de cuentas, ellos actúan por su necesidad, por su naturaleza de poseer todo omega cerca a ellos. Revisé el seguro de la puerta como diez veces, entre cada lapso de sueño, durante toda la noche. Cuando la luz del día se coló por la unión de las cortinas, supe que era tiempo de idealizando mi escabullida perfecta a mi anterior departamento, que estaba custodiado o confiscado, bueno no entendí la gran explicación policíaca que Yoongi me brindó mientras yo meneaba la sopa de cerdo y brotaba una profunda acidez por recordar a SeokJin.

Con todo listo me dispuse a salir y encontré una nota pegada a la puerta: "En la mesita de la izquierda están las copias de tus llaves". Junto a las llaves había otra nota: "Mi horario inicia a las 8 y termino alrededor de las 6, puedo preparar la cena. Trae soju. El dinero está en el cajón de esta mesa". Y en el cajón, pegado al dinero la tercera nota: "Si lo haces, hazlo bien. Los policías toman turnos a eso de las 10 y de las 3, y solo son 15 minutos. ¡Rapidez!"... Me quedé atónito con esos papeles, cómo carajos supo lo qué pensaba. Y si hablo dormido y no me di cuenta que entró al cuarto. Pero puse seguro, aunque debe tener las llaves de todas las puertas... Mientras salía inició de nuevo la batalla.

☆ • ☆ • ☆

Había un olor a vacío,  solo objetos y paredes. Como si hubiese pasado años. No pude comprender el por qué. Mi corazón galopaba, menos de quince minutos y era atrapado por llevarme propiedad de una investigación. No necesité más de cinco... fui directo a mi antigua habitación, al segundo cajón de la mesita de noche. Tomé mi identificación, la libreta de notas de la secundaria y un sobre que contenía un poco de dinero y una carta, la que mis padres me dejaron antes de largarse a la mierda y dejarme con un viejo cabrón que pensaba que era suyo... odio a los alfas, odio ser omega.

Mapeé por última vez mi antigua vida. Una fotografía de los dos cuando llegamos ahí en el escritorio y la cama solo con el colchón. La sala era un caos, libros tirados por todos lados, los floreros rotos en el piso, el espacio vacío donde debería estar el televisor y sus videojuegos. No supe en qué momento pasó ese huracán por todo el departamento. Tal vez fue él ahogado en ira o fueron los policías al indagar dónde más podían estar sustancias ilegales.

Miré hacia la derecha y su habitación estaba en penumbras.¿ Aún estarán sus pertenencias ahí? ¿Aquella ropa que está impregnada de su aroma? ¿La colección de libros sobre licores artesanales? Mis pies intentaron ir hacia allá pero la alarma que puse en el celular, que había comprado Yoongi para mi, me anticipó mi huida.

Y así es como vuelvo a ser huérfano, sin nadie, solo. Un nuevo intento para ser alguien... aunque la llamada entrante me demostraba que este inicio, posiblemente, tendría algo diferente.

Segundo Intento • YM Omegaverso (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora