Tercer tiempo - Parte 22 🔞

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Contenido perturbador. No replicar ninguna de las acciones descritas. Todo acto debe ser consensuado.

Con los ánimos agobiados esperaba en la puerta, como si fuese un desconocido. No utilizaba ni gorra ni mascarilla, no había guardias de seguridad, no había nadie. Me sentía completamente solo. Mi mente divagaba sin percatarme que una furgoneta se acercaba sigilosamente. Tres tipos vestidos de negro me rodearon, me atraparon y me colocaron una bolsa de tela en la cabeza, tan oscura que no podía ver nada. Mis nervios estaban alterados, me sujetaron las manos en mi espalda y me lanzaron al interior del vehículo.

Cuando reclamé saber quiénes eran y a dónde me llevaban, sentí el cañón de un arma en mi frente y una advertencia de que guardara silencio o me pondrían una bala en mi cabeza. En medio del terror, me puse a recordar momentos agradables. Vino a mi mente como una película el reencuentro con Yoongi, aquella tarde llena de amor y caricias. Por debajo de esa bolsa de tela se encontraba mi sonrisa. También llegaron esos seis días donde la pasión nos invadía para reclamarnos propios y las lágrimas junto con ellos. Hasta recordé lo incómodo que me sentí al saber que está casado con Hoseok. En realidad, yo presentía que ese maldito beta conspiraba en mi contra y que amaba al alfa, tanta amabilidad tenía una finalidad.

Se detuvo el movimiento de forma abrupta haciendo que caiga contra su piso golpeando mi rostro. A rastras me sacaron de ahí y me obligaron a que suba muchas gradas y pisos. Era imposible ubicarse dónde había ido, era noche y encima estaba cubierto. El único sentido que estaba muy pendiente era mi olfato y pude distinguir el polvo y olor a viejo, hasta que al descubrirme la cabeza, se confirmó. Estaba en una habitación bruscamente ambientada con reflectores, una cama algo vieja, una silla similar a las que se usan en los ginecólogos, una mesa metálica, sogas que colgaban... me di cuenta que algunos objetos pertenecían a ese sótano que me llevó hace años atrás. Pero lo que llamó mi atención fue la cámara de video y el puesto de transmisión, entonces empecé a suponer lo obvio y quería estar equivocado.

Los hombres no me dijeron nada, solo salieron y pusieron llave por fuera de la habitación. Ahí comprendí que estaba secuestrado. No quería inspeccionar más. Me recosté en esa dura cama y traté de dormir. Luego de unas horas, asumí que había salido el sol, pues todo estaba oscurecido y cubierto, no había ventanas al exterior. Escuché ruidos en el exterior y la puerta me presentaba a Jun-ho y un tipo desconocido. -Hola bonito, bienvenido a tu nueva vida y estrellato. Vj Q estará a cargo de controlar todo, incluido la transmisión. No te intimides, solo está comprometido con el personaje (él llevaba una máscara de latex con ataches metálicos)... Desde hoy en adelante, vivirás y trabajarás en estas cuatro paredes. ¡Serás el mejor agujero del sadomasoquismo online!-, todo esto alzando los brazos como si de un gran premio se tratase.

Prácticamente no tenía vestimenta, solo sogas o correas de cuero que me anudaban al cuerpo para dejarme dolorosas laceraciones. En ocasiones utilizaba máscaras completas que solo dejaban ver mis ojos y mi boca, o antifaces que no cubrían mis labios. Era como una muñeca donde penetraban todo tipo de artículo, ya que esa silla con apoyos para mis pies y piernas, correas en su apoyabrazos, solo hacían que mi tortura sea peor. Me ultrajan por horas enteras mientras todo se transmite en vivo por alguna página web que necesitas pagar mucho dinero para ingresar.

Vj Q es el encargado de llevar a cabo el show. Es el anfitrión de mi martirio. Hay descansos que casi no me puedo mover porque mis caderas están adoloridas y ni qué hablar de mi entrada, aunque me coloco ungüentos cicatrizantes y calmantes, nada puede sanar si se sigue utilizando día tras día.

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Hoy no es un día de lucidez. Me siento agotado físicamente y con mi mente agobiada. Otra vez Vj Q me ha violado mientras el streaming estaba al aire. Al principio me admiraba su fortaleza para no ver ni siquiera el video, pero desde hace unos días todo ha cambiado. Sé que he sido un prostituto por diez años, sin embargo el estar inmovilizado y amordazado quita todo lo placentero que podría sentir en el sexo. Ese sujeto es cruel, porque mientras más quejidos produzca más empeño pone en su accionar.

Es otro día más en donde solo pienso en morir. Dos días antes le grité que me dejara en paz, a lo que respondió apuntándome con un arma y le pedí con lágrimas en mis ojos que jalara el puto gatillo. Ya no estoy soportando, extraño a Yoongi y el mundo exterior. Solo me siento una completa basura, algo que usas y luego desechas.

En plena transmisión, acaba de venir a mis recuerdos, el rostro de Seokjin sonriendo cuando le regalaba gomitas. Ya no puedo aguantar más mi dolor y el llanto es inmediato. -¿Qué mierda estás haciendo estúpido?-, me grita Q desde detrás de la computadora. Obviamente no respondo, no puedo, tengo una esfera en mi boca callando mi sufrir. -¡La puta madre! Deja de llorar...-, no puedo hacer nada más, ya siento como me he quebrantado por completo. Lo veo acercarse a mi y arrancar de mi boca lo que me silencia, continuado de una cachetada, y otra más. -Te dije que te detengas, maldita zorra...-, siguen los golpes. Yo no tengo fuerzas. No sé si seguimos filmando, no puedo ver la luz roja en la cámara, las lágrimas no me permiten. Se monta en esta silla y me sujeta de los hombros para jalonearme rápidamente. -¡QUE PARES, TE HE DICHO!-, nada, sigo sin responder. Su último recurso, apretar mi garganta con sus dos manos.

La asfixia es sinónimo de desesperación; es mucho peor que un ataque de ansiedad, aunque sabes que te podría traer paz, silencio, descanso. Se detiene, me quita todas las ataduras y me lanza a la cama. -Si quieres morir, que sea por tu cuenta...-, deja sobre mi pecho una navaja cerrada, toma sus pertenencias y se va. Tal vez tenga razón, a la final siempre supe que ese es el único camino para terminar con esta mierda de vida que tengo.

Luego de una ducha, veo mi cuerpo maltrecho, mi rostro, los moretones, esa cicatriz, los labios secos y fijo mi mirada en mis propios ojos. Como una lenta película pasa frente a mí mi infancia, los padres que en algún momento tuve, quienes trataron de darme educación y cariño para luego desaparecer tras un accidente de tránsito. Como traté de estudiar y continuar. Seokjin, mi salvador, la persona que me enseñó que puedo ser algo más que carne para volverme a enseñar que solamente soy carne. Yoongi, el hombre que me ha amado con desesperación, la misma intensidad con la que me ha dejado SOLO, una vez más. Y en cascada, cada uno de mis equivocaciones, huir de mi predestinado, comenzar a venderme, V y su egoísmo, Jun-ho y su venganza, nuevamente Yoongi y las dulces promesas, los secretos de Seokjin, y así me doy cuenta que el dolor jamás me ha abandonado.

Camino hacia la cama y ahí está, una vez más, llamándome como aquella vez. Con total seguridad, me siento y la tomo. Sin nada que esperar, inmediatamente la clavo en mi muñeca derecha... sangre y dolor. Me ahogo en un grito. Respiro profundo, me calmo y con dificultad la aprieto para rasgar mi muñeca izquierda, más sangre. La dejo a mi lado y me recuesto. No, ya no tengo miedo, ni de sufrir ni de morir. Vuelve a mi la visión de mis ojos, los ojos de un ángel caído, de la tragedia. Deberíamos tener la opción de ver nuestra futura existencia y decidir si aceptar venir al mundo.

Frío. No sé si es la temperatura de día o es mi cuerpo que lentamente empieza a colapsar. Un ligero sueño se apodera de mi y solo puedo recordar aquellos ojos verdes, una sonrisa dulce que enseña las encías, las caricias. Suspiro y solo una lágrima cae de mi lado izquierdo. Con ese aliento ya no puedo moverme, ni mirar, me dejo abrazar por la oscuridad y el silencio. Hola, es momento de partir.

Segundo Intento • YM Omegaverso (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora