Parte 1 - Yoongi (SS)

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Completamente decidido me bajé del tren al llegar a Seúl. Había dejado atrás a mi primer grupo de rap con el que aprendí mucho, vivimos mucho y me apoyaron mucho. Luego de abandonar mi casa y a mis padres, porque me dijeron que soy una vergüenza por apostar por la música y romper todo lazo de cercanía, ellos fueron mi lugar de consuelo. D-Town era mi familia y ahora me convertí en su hijo prodigo que dejaba sus tierras para buscar suerte y fortuna en la gran ciudad.

Namjoon, ese alfa alto y fortachón, me esperaba con una amplia sonrisa y los brazos abiertos. De ahora en adelante él es mi compañero, en el estudio y en la renta. No me incomoda y tampoco es un desconocido. Él fue novio por un año de mi primo Seokjin, un omega guapo, coqueto y el más rebelde de la familia Min, mismo que deshonró a los abuelos al abandonar la carrera de Farmacología en la prestigiosa Universidad de Seúl; y además, dejó al moreno para disfrutar libremente de su vida de bares y amoríos de una noche. Y aparte de ellos dos, también está Hoseok, mi mejor amigo de infancia, un omega con el objetivo claro de tener su propio negocio.

El departamento estaba en el quinto piso de un edificio de siete plantas. El estudio estaba a cuatro cuadras de ahí y el sector contaba con todas las necesidades, tiendas de conveniencia, lavandería, licorerías y muchas cafeterías; entonces tenía asegurada los próximos años de vida hasta que el dinero toque a mi puerta y me saque de estos lugares. 

Luego de acomodar mis cosas, decidí caminar por el sector para conocer mejor el entorno. Pero al pie de una lavandería, un aroma me detuvo, era delicado pero delicioso, la mezcla perfecta entre mandarina y fresa. Sentí como mi corazón se aceleraba y mi vientre se alteraba, solo sentía la necesidad de encontrar al dueño de ese olor pero cuando desperté del trance, ya no quedaba huella en el aire y mi lobo volvió a su escondite.

☆ • ☆ • ☆

Los días han ido avanzando, me gusta la sensación de vivir en una ciudad tan grande. Mezclarme entre la multitud, encontrarme con conciertos en vivo o librerías llenas de saberes. Me sentía propio de esta grandeza. Ella me da la inspiración para crear música, mientras que  Namjoon se encarga de los negocios; así ya hemos estado recibido pedidos de algunos clientes. Su forma culta y algo prepotente de ser, lo hace resaltar por su seguridad al momento de presentar ofertas de trabajo. Hacemos un gran dúo.

-¡Hey bro! No olvides que hoy noche es tu fiesta de bienvenida... Aunque no lo creas Seokjin me ayudó a prepararla...-, me sorprendió todo lo que me estaba contando. -¿Pero todavía son amigos?-, arremetí sin contener mi curiosidad. -En realidad, tratamos de llevar una relación muy limitada, además... tu primo tiene un novio... (mis ojos se abren como grandes lunas)... no me pidas detalles, solo sé que es un omega... Él  nunca cambiará...-, mientras mueve su cabeza en signo de desaprobación. En realidad no me sorprendía que estuviese con alguien de su misma casta, pero si que llevase una relación estable, no creía que fuese posible. Y a eso, una inquietud se presentó en mi cuerpo y en mi mente, sentía la insistente necesidad de conocer a su pareja.

Con algo de pereza, tomé una ducha y me preparé para aquella reunión. Mi vestimenta es sencilla, pantalón skinny negro, camiseta negra, una chaqueta de cuero negra y un gorro de lana en un azul muy intenso.

Cuando llegué al último piso de ese edificio, ya habían muchas personas, muchos conocidos de la escena del rap underground y amigos de Namjoon, otros tantos que no tenía idea, pero en medio de todos ellos, un hermoso cuerpo curvilíneo con cabello rubio me robó toda la atención. Él estaba de espaldas a mi, pero yo sentía que tenía un imán que me llevaba hacia él. Cuando me acerqué disimuladamente a tomar una bebida de la mesa en donde él estaba apoyado, estando a centímetros, se dio la media vuelta y me estampé la impresión del rostro más hermoso. Ojos oscuros casi negros, brillantes y redondos, custodiados por una mirada sensual; una nariz diminuta como un botón y sus labios... mi parte favorita, pomposos, prominentes y jugosos. Yo solo sentía como mi garganta se secaba por la sed de saborearlos.

Me detuve en seco, paralizado. Él mi miró dulcemente y me dio una sonrisa de medio lado para luego salir de mi vista al contorneo de su gordo trasero que se perfilaba perfectamente por su pantalón de cuero. Con las manos temblorosas cogí el vaso con whisky y me alejé al otro lado de la terraza, donde lo podía admirar sin que él se de cuenta hasta que fui interrumpido por el idiota de mi primo. -¡Hey, maldito ingrato! Nunca vas a cambiar, ¿no?... Dame un abrazo... ¿cuándo llegaste? He estado alistando todo para ti- y una risa estruendosa me llenó los oídos y mi mente. Empezó a contarme de todo su libertinaje y vida "divertida", de cuánto se enojó Namjoon al encontrarlo en la cama con otra persona, y entre risas desvergonzadas me propuso presentarme omegas que me deleitarían en cualquier momento, a lo que me negué rotundamente, en ese momento solo tenía cabeza para ese rubio con una hermosa sonrisa.

Cervezas, más whisky y algo de marihuana, en esta fiesta el ambiente te ponías con cualquier cosa que gustes. Yo no solté mi licor y cada vez me demoraba menos en volver a recargarlo. Estaba tomando valor para acercarme y él fue quien me dio la sorpresa. Sentí un delicado aroma a fresa y mandarina, una pequeña mano tocando mi hombro y su voz aguda intento iniciar una conversación. Mi lobo se revoloteó con locura en mi interior, solo retumbaba en mis oídos "mio, mio, mio, mio"; respiré hondo y le regalé una sonrisa a lo cual su mejillas redondas se tiñeron de rosa o eso supuse al sentir un calorcito en su rostro, ya que, por instinto o por idiota, lo había tocado con una de mis manos frías.

Su respuesta automática fue correr hacia las escaleras y yo no pude dudar en absoluto, salí tras él. Sentí que era una invitación, yo solo me dejé llevar por mi instinto. Fue así como lo tomé en el aire para estamparlo contra la pared, sin dejarle forma de huir de mi, y perdí el control. Besarlo me llevó a la gloria, todo en mi se alborotaba y mi lobo aullaba de alegría. Por primera vez en mi vida sentía esta sensación, de desaparecer junto a ese delicado cuerpo que se retorcía mientras nos uníamos en esa pasión; de cubrirlo con mi aroma y que todos sepan que era mio y de nadie más... o eso creía ilusamente.

El click de una puerta junto con el empujón del omega me puso de vuelto a la realidad. Él desapareció en un pestañear y quien entraba era Seokjin con otro hombre, los dos nos quedamos viendo. Su mirada se plantó sobre mi y vino directamente a mi lleno de furia. -¿Qué crees que estás haciendo?-, yo no sabía a qué se refería, a lo que el añadió -estás cubierto del aroma de Jimin...-, me quedé con inquietud y sonreí -ahhh ese hermoso omega rubio... (me sonreí) delicioso oler a mi omega...-, y sentí la cachetada en mi lado derecho. -¡DEJA DE DECIR ESTUPIDECES! ESE ES MI OMEGA, ENTIENDES M-I-O...-. ¿Qué acababa de escuchar? ¿Jimin o el omega rubio que acababa de besar era el novio de mi primo? No supe de dónde saqué el valor para refutar sus gritos con mi tono de alfa y mientras lo clavaba contra la pared, mi mirada llena de ira, declaré -¡NO! ÉL ES MI OMEGA, LO HE RECLAMADO... ES M-I-D-E-S-T-I-N-A-D-O...-, me aparté de él  y bajé las gradas hasta salir de ese edificio.

Caminé sin destino fijo, solo quería vaciar mis pensamientos, es que no podía creer que el ser más hermoso sea el novio del estúpido de Seokjin. ¡Su novio!... El simple hecho de tratar de entender eso me confundía más. Seguí caminando, mis pies me llevaban a donde sea. Sentí vibrar el celular en el bolsillo de mi chaqueta y era Namjoon. Casi sin llegar a mi oído escuché el grito de mi amigo pidiendo respuesta de dónde estaba y por qué me había ido. Carcajeé y le dije la verdad, que no tenía la más puta idea de dónde estaba. Luego de enviarle mi ubicación por mensaje, el moreno llegó a los minutos junto con otra botella de whisky, me miró con una sonrisa cómplice, me abrazó por los hombres y nos fuimos directo al departamento. Supongo que se enteró de lo ocurrido o suponía que mi cuota social había llegado a su límite, pero esa noche no dije nada más, no hablé del altercado, y solo me dediqué a alcoholizarme entre los recuerdos de su sonrisa y conversaciones sobre música.

Segundo Intento • YM Omegaverso (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora