Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empresarial. Se conocieron cuando eran unos niños y se volverán mejores amigos pero con el tiempo se dar...
Falta poco para terminar la práctica, si anoto habrá empate le doy una pequeña sonrisa a German... Quien siempre me hace mala cara en especial cuando mi equipo y yo le ganamos.
Miro a Eliot, él tiene el balón, levanto las manos para que me haga el pasé. Santiago le roba el balón a mi amigo. Pero ahora yo se lo quitó a él y este es mi momento de meter un golazo de los que tanto me gusta, que John el portero ni cuenta se da. Enseguida los de mi equipo y yo nos alegramos, pero German está serio... Se le nota que le duele el golazo.
El capitán dice que ya terminamos por hoy, que podemos irnos.
Barbie me trae una botella de agua y me da un beso en los labios. Es mi nueva conquista se la gane en una apuesta a Eliot. Mi recompensa fue un lujoso... auto Mercedes Benz, color azul.
—Ustedes, son los mejores, IBE —interviene Natasha. Así nos apodan las chicas y es por las iniciales de nuestros nombres.
(IBE... Ignacio, Bradley, Eliot).
Natasha, le está echando ojitos a Eliot. Le da una botella de agua, mientras él está cerca de mí, secando su cara con una pequeña toalla. Ellos se traen algo desde hace años. Es que cuando se trata de chicas Eliot y yo somos: terribles.
Bradley Está soltero, siempre vive rechazando chicas. Él es hombre de una sola mujer. Sigue enamorado de Abby a pesar de que ella le rompió el corazón.
Por cierto, Eliot está comprometido, él dice que no quiere a su prometida. Ellos pelean tanto, que si no terminan amándose terminaran matándose y ojalá que sea lo primero.
Quiero olvidar que la presidenta... hace seis meses me dijo que muy pronto me va a comprometer con la heredera de una casa de moda internacionales. Debido a eso me aleje de Camila. Ella es la única chica que nunca me perdonaría si le hiciera daño.
Isabel y yo discutimos cuando me dijo lo del maldito compromiso. Es que ella no se siente felizmente realizada, si no me hace cabrear.
...
Llego a la mansión temprano. La pecosa no está, últimamente pasa mucho tiempo en la preparatoria, porque es su último año. Pecosa: así le digo a Camila por cariño, sus pecas son muy lindas.
—Buenas tarde, joven —saluda la señora Adelaida.
—Buenas tardes.
—Recuerde que su madre está de cumpleaños hoy.
—Sí, ya sé, gracias. —Subo a mi habitación dejo el morral en mi cama y saco mi móvil del bolsillo.
La presidenta y yo nunca hemos tenido una buena relación. Pero Camila siempre me aconsejaba que uno tiene que perdonar, que olvidar para sanar. Y por eso es que desde hace años he bajado la guardia con ella.
Aparte de eso no la veo desde hace trece años. Ella nunca tiene tiempo para mí, es una adicta al trabajo.
Cuando era pequeño y veías a otros niños con su padre o madre en el parque o en colegio llevándolos de la mano, me daba... mucha nostalgia, yo nunca tuve eso. Pero ya no me hace falta porque ya crecí y estoy acostumbrado a que no tengo padres.
Siempre era Diego él chófer y mis escoltas quien me llevaban al colegio.
A mis reuniones en la escuela iba la chef Ofelia o Adelaida la ama de llaves.
Después de todo, tener a Isabel Besnier como madre es como no tener una.
Mi abuela ama Francia. Por eso no vive aquí conmigo. Pero siempre me llama, me consiente y me visita dos veces al año. Ama a Camila como si fuera su otra nieta.
Cuando tenía seis años mi padre murió y no soportaba estar cerca de mi madre, después de todo lo que le hizo a él y a mí.
Decidí mudarme a nuestra mansión en Nueva York. Papá era de nacionalidad francesa y la presidenta es de nacionalidad estadounidense.
Yo nací en Francia y tengo las dos nacionalidades. Desde hace seis meses no le hablo, estoy cabreado con ella, por su idea loca de querer comprometerme.
Sé que los matrimonios arreglados están pasados de moda, pero todavía hay familias donde lo practican ejemplo: la de mi amigo Eliot y la mía.
Ignacio: Feliz cumpleaños, presidenta.
Ese es el mensaje que le mando a Isabel.
Recibo una llamada es Barbie y no le contesto, debido a que quiere que conozca a sus padres. Cuando desde un principio le deje claro que no quiero nada serio, solo pasarla bien. Si, sigue con esas cosas la tendré que terminar.
Pienso en escribirle a Camila. Anoche me divertí mucho viendo su cara tímida, cuando estábamos cerca de la nevera.
Es tan inocente y era mi mejor amiga, mi compañera en mis soledades, penas, alegrías y momentos especiales. Hasta que me aleje de ella por lo del maldito compromiso.
Me doy una ducha y canto mientras me baño, río porque recuerdo que a la pecosa no le gusta como canto. Siempre me decía que le iba a dañar sus tímpanos. En cambio, ella no solamente toca el piano como una experta, también canta espectacular.
Salgo de la ducha reviso mi móvil, la presidenta no ha respondido.
Seguramente está ocupada como siempre. Tengo varías llamadas perdidas, todas son de Barbie también dejo diez mensajes, ocho dicen llámame y los otros dos...
Barbie: Ignacio, tenemos que hablar.
Barbie: Tengo un retrasado de tres días.
Autora: STEFI LM.
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