20 El Juego

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Ignacio

Nunca se lo dije, pero estar lejos de ella esos jodidos seis meses fue como un castigo para mi alma. Esos ciento ochenta días ella nunca salió de mi cabeza. En las noches veía las fotos de nosotros dos juntos en mi móvil y así era que me quedaba un poco más tranquilo.

Había una pelea en mi interior porque una parte de mi quería ir a buscarla y decirle que nunca la he visto solo como amiga porque para mí: ella es mucho más que eso.

La otra parte me lo impedía, el no querer lastimar la por lo del maldito compromiso.

Sin embargo, ya tomé una decisión y no voy a mirar hacia atrás. Porque en mi maldita vida la persona que más me interesa es la pecosa.

Amor, obsesión, costumbre, deseo, sé que siento todas esas cosas por ella y por eso nunca la dejare alejarse de mí.

No pudimos vernos casi ayer. Porque estaba estudiando para el examen de costo, ella también estaba ocupada con sus estudios.

Cuando llego al salón, me siento detrás de Bradley. Miro hacia los lados y Eliot no ha llegado, se escucha el ruido de nuestros compañeros abriendo sus laptops.

—¿Dónde está, Eliot, Bradley? 

—Dijo que llegará más tarde.

—¿Por qué? —frunzo el ceño él es muy puntual.

—No sé, parece que fue algo relacionado a su prometida.

«Prometida ya odio esa palabra».

—Quiero decirles algo importante, pero será cuando él llegué.

—Está bien —responde abriendo su laptop yo también abro la mía.
Dos horas después, estamos en la segunda clase: es costo, Eliot llegó unos minutos más tarde.

Bradley fue el primero en terminar el examen... Unos minutos después entregamos el rubio y yo.

El de ojos azules nos está esperando de pie cerca del balcón que esta frente al aula de clases. Nos unimos con él, mientras yo quedo en el medio de ellos dos.

—¿Cuéntanos, por qué llegaste tarde? —le pregunto.

—Ahh, es que el domingo fui a patinar con Amelia y se lastimó un tobillo y como sus padres están en el extranjero. La lleve a su apartamento y me quede con ella.

—Yo creo que ustedes han empezado a llevársela mejor desde que hicieron ese acuerdo en Canadá —comenta Bradley tocándose las gafas.

Sí, hace unos meses ellos fueron a Canadá sus padres insistieron en que fueran para que se conocieran mejor.

Eliot estaba cabreado, fue porque su padre lo obligo. Cuando regreso nos mostrós fotos de su viajes en casi todas salía su prometida y parece que se han vuelto más cercanos. Ellos tuvieron que hacer ese acuerdo, porque la situación era tan intolerable que llegó un punto en el que...

—Ignacio, ¿qué es lo que quieres decirnos? —interrumpe mis pensamientos Bradley.

Meto mis manos en los bolsillos de mi jean.
—Camila y yo andamos y lo nuestro va en serio —informo.

—¿Qué? —dijo el de ojos celestes desconcertado con la boca abierta. Eliot levanta un poco sus cejas.

—¿Qué quieres decir con que van en serio? —interroga mi ex rival por ella.

—No voy aceptar ese maldito compromiso. No me importa lo que diga mi madre, mi abuela y la alta sociedad. Decidí que Camila es la chica con la que pasaré el resto de mi vida.

Eres Mia (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora