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Camila

En la madrugada despierto porque escucho otra vez un móvil. Por el sonido tan familiar, sé que es el de mi novio. Me levanto para ir a revisarlo. Si es otra vez Carlota Laurent me iré a Estado Unidos apenas salga el sol. Amo a Ignacio, pero no voy a soportar que esa chica esté en el medio de nosotros.
Tomo el móvil de él, lo dejó en el tocador junto a su reloj, la billetera y las llaves de su auto como el otro día.

Lo miro y sonrió es el número de mi madre contesto emocionada.

—¡Madre!

—¡Si hija! Ofelia me dijo que allá es de madrugada. ¿Te desperté?

—¡Sí, madre, pero tranquila!, ¿cómo estás?

—Bien y a ti, ¿cómo te va en París? —pregunta en un tono de voz suave.

—¡Bien, madre! —respondo alegre.

—¿Estás comiendo bien?, ¿estás durmiendo bien?

—Sí, madre no te preocupes. Estoy bien.

—¿Has ido a ver a la señora Victoria?

—Sí madre, la he visto me sentí muy triste, porque su estado de salud es delicado, pero tengo fe que se va a recuperar.

—Eso esperamos todos en la mansión, que la señora Victoria se recupere pronto. Me imagino que estás durmiendo en una habitación de huésped —pregunta lentamente —. Tú, no estarás durmiendo con el joven Ignacio. ¿O sí?

Si le digo la verdad se pondrá furiosa otra vez conmigo. No quiero eso, es mi madre no me gusta que estemos peleadas.

—No, madre, esta mansión es grande. ¡Tengo mi propia habitación y es muy linda! —miento un poco nerviosa.

—Pecosa, ¿dónde estás?, ¿por qué me dejaste solo ven a dormir conmigo?      —Volteo es Ignacio me está llamando medio dormido, tiene el brazo puesto en el lugar donde yo estaba dormida.

—¿Entonces me estaba mintiendo, Camila? —cuestiona molesta —. Y si estás durmiendo con el joven Ignacio.

Si creo, que esto me pasa nada más a mí y al pato Lucas, de los creadores del juego de la mentira llega: «Te descubrieron por no decir la verdad».

—Ya va déjame explicarte, madre —me apresuro a decirle.

—Yo creo que esto no tiene explicación —replica molesta.

—¿Con quién hablas? Ven a la cama, estás no son horas de hablar. Quiero abrazarte —reprocha.

Le tapo la bocina al celular y me acerco a él.
—Ignacio, es mi madre. ¿Puedes por favor callarte y seguir durmiendo? —le contesto seria y asiente

—Pero no te tarde, quiero abrazarte. —Cierras sus ojos y sigue durmiendo.

—Mamá, ¿estás ahí? —mi voz es temblorosa.

—Mamá.

—Cada vez, me decepcionas más Camila, tú no pareces mi hija. Espero que te estés cuidando y no vayas a salir embarazada, solo tienes dieciocho años.

—Mamá déjame explicarte, ¡Aló!, ¡aló! —se molestó y me colgó.

Hay un dicho que dice: Las mentiras tienen patas c...

Después de esto no me queda duda que así es. Me llevo el móvil y lo dejó en la mesa de noche, me acuesto apenas me envuelvo en la sabana, él me abraza no dice nada, miro de reojo y está durmiendo.

...

Ya amaneció, me levanto miro la hora en él móvil de mi novio y son... las diez de la mañana anoche me acosté tarde hablando con él. Después me despertó la llamada de mi madre en la madrugada. Me alegré que me llamará y todo para que otra vez esté molesta conmigo. Su contentamiento duró solo minutos.

Eres Mia (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora