19 EL MAR

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Camila

¿Cómo supo dónde estoy? Reviso mi móvil y no me había dado cuenta que desde hace rato me había llegado una notificación... Que no había visto dice:

Encontrar mi iPhone

¡Ay! ¡No...!

Ignacio rastreo mi móvil.

—¿Sucede algo? —pregunta Armando frunciendo el ceño.

—Ya vuelvo.

Me levanto Ceci se fue a bailar con el tal Cristian creo que él gusta de ella. Los otros dos chicos están riendo de no sé qué.

Cuando salgo el francés está parado afuera, tiene puesta una franela de algodón azul, encima una chaqueta negra. Esta recostado de su camioneta blanca Land Rover y puedo ver sus ojos verdes más oscuro de lo normal, algo que solo pasa cuando él está furioso.

Me mira serio y camina hacia a mí.
—¿Se puede saber por qué no contestas los mensajes y las llamadas? —pregunta fríamente.

—Porque no tenemos nada de que a hablar así que vete —sentencio en el mismo tono frío que él acaba de usar conmigo.

—Sube al auto —ordena mientras abre la puerta de su camioneta.

—No quiero. —Me volteo enojada para irme.

—¡Sube al maldito auto, Camila Orellano, estoy hablando en serio! —grita.

Ignacio nunca me había vuelto a levantar la voz desde que éramos unos niños, eso fue cuando toqué por primera vez el piano sin su permiso.

—¡No lo haré! —le gritó yo también.

Armando sale afuera nos mira primero a él y luego a mí.
—¿Pasa algo, Camila?

—¿¡Este es el idiota de la foto!?—interroga alterado acercándose a Armando.

—Mi nombre es Armando y no quiero que moleste a mi invitada —le responde serio.

—¿Tú invitada? —repite con un tono y sonrisa irónica.

—Sí, mi invitada —afirma de una manera retadora.

El francés, toma a Armando por el cuello de la camisa lo acerca bruscamente hacia él.

—Será tu invitada, pero ella es mi chica. —Hace énfasis molesto en la palabra... chica

—Ignacio, suéltalo, suéltalo ya por favor —le pido poniendo mis manos sobre las de él.

—Te quiero lejos de mi chica, idiota —advierte molesto y después lo suelta bruscamente.

—Me dijiste que no tenías novio, Camila. —Me mira sorprendido y parece apenado.

—Es que él, no es mi novio —le aclaro al primo de Ceci seria.

—¿Entonces qué soy tu novia? —replica el francés en un tono de molestia, tocándose el mentón.

—¿Está loco, Ignacio? Tú, sabes que eso no es cierto. —Observo al primo de mi amiga que sigue apenado.

—¡Sí estoy loco!, así que no me hagas seguir perdiendo la cabeza —responde alterado y susurra en mi oído —: Si, tú, no quieres que le rompa la cara a este tipo y haga que tu mamá se entere que te escapaste a una fiesta mejor sube al maldito auto. —Camina enojado hacia su camioneta y se sube.

—Me disculpo contigo, Armando, porfa dile a Ceci que me fui con Ignacio.

—¡Súbete, Camila! —repite molesto.

Me subo porque no quiero que ocurra una desgracia. Cierro la puerta enciende su auto y yo estoy callada él también. Unos minutos después comienza a hablar:

Eres Mia (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora