13 El Resultado

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Camila

Su cara está cerca de la mía, pero el volteo su rostro y no me besa solo me abraza.

—Ignacio, alguien puede vernos.

Le recuerdo nerviosa, porque los de seguridad siempre están dando vueltas por la mansión e intento soltarme de él, pero no me deja. Le hizo seña con la mano de adiós... para que se vaya a uno de los de seguridad que está cerca de ahí, volteo y él hombre alto y musculoso se va. Mientras él sigue rodeando mi cintura con la otra mano.

Mira su reloj, que es un Rolex resistente al agua.
—Es más de las once, pecosa, todos los empleados deben estar durmiendo.

Vuelve a llevar su cara al frente de la mía y le acaricio su mejilla lentamente. Cierra sus lindos ojos verdes... Puedo ver que ya no está tenso sé que esta relajado. Ahora los abre y me mira sonríe bajo mi mano, la coloco en el borde de la piscina. Porque no quiero cruzar la raya y besarlo, solo nos miramos.

No sé en qué momento, pero como siempre parece saber lo que estoy pensando. En pocos segundos la quita de mi cintura, rodea mi rostro con sus dos manos y me besa, le sigo el beso porque lo extraño. La última vez que nos besamos fue hace... seis meses. Coloco mis manos en sus hombros, él muerde mi labio inferior y luego lo acaricia con su lengua. Siento cosquillas en mi estómago, después mete su lengua en mi boca moviéndola suavemente contra la mía.

Ese beso es diferente al primero que nos dimos. Es más apasionados más rápido, como si me deseara o como si me necesitara. Lleva una de sus manos debajo de mi blusa y acaricia mis senos por encima del brasier, besa mi cuello y susurra algo en mi oído.

—Eres mía, pecosa —vuelve a besar mis labios.

—Creo, que estoy soñando —murmuro contras sus labios.

—No, estás soñando —responde en un tono de voz divertido y con deseo.

Siento vergüenza por pensar en voz alta, pero también deseo que me siga tocando.

Vuelve a acariciarme y me quita la blusa. Rodeo su cuello con mis brazos... Hacemos solo eso por un rato besarnos y acariciarnos.
...

Ignacio

Al siguiente día en la mañana paso buscando a Barbie, lleva su cabello rubio claro recogido en una cola alta, tiene un cuerpo muy voluptuoso, es la chica más linda de la universidad estudia conmigo. Llevamos como dos meses juntos. No le he contado a Camila que salgo con una chica, porque no la quiero lastimar y tampoco quiero que ella empiece a salir con otro. Sí sé que soy un egoísta, pero qué hago así soy yo.

—Cielo, ¿qué tal me queda mi vestido?, es un modelo exclusivo de Carolina Herrera.

—Muy lindo —opino con una sonrisa fingida. Me pone nervioso el solo pensar que Barbie este embarazada. Apenas tengo veinte años, voy en el tercer años de mi carrera de administración de empresas. No quiero un hijo todavía, además, ¿con qué cara voy a mirar a la pecosa después?

Llegamos a la clínica. Ella entra con el doctor, le sacaron sangre y le hicieron otros exámenes y quedó en enviarnos los resultados en el transcurso de la mañana al correo porque debemos irnos a la universidad.

...
Más tarde estamos en la clase de contabilidad, el profesor salió hace un momento a responder una llamada. Eliot y Bradley ríen y hablan, yo estoy callado y preocupado por lo de Barbie... Ni ánimos tengo de hablar o reír.

Se que Camila se dio cuenta, porque me preguntó qué me preocupaba. Me quedé callado porque ella es la única persona que me conoce tanto como para saber cuándo miento o digo la verdad, cuando estoy molesto, preocupado o triste. Desde que éramos niños pasamos tanto tiempo juntos, que con solo mirarnos a la cara, percibimos lo que pasa en el interior del otro, porque para mí también es fácil descifrar lo que le pasa a ella.

Eres Mia (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora